A de Abeja, el proyecto basado en acciones colaborativas que invita a explorar los diversos matices de las mieles mexicanas, inaugura el primer Honey Tasting Room en la Ciudad de México para explorar y disfrutar de las diferentes mieles en un ambiente especializado.
El Honey Tasting Room te espera en Colima 220, piso 3, Roma Norte, todos los miércoles a las 11am, 4pm y 7 pm, pero asegúrate de reservar tu lugar a través de las redes sociales de A de abeja (@miel.adeabeja). En este espacio podrás disfrutar de una amplia variedad de mieles mexicanas con sabores únicos y sorprendentes; desde la suavidad de la miel de acahual, la complejidad y redondez de la miel de aguacate, hasta la salinidad de la miel de manglar y la deliciosa acidez de la miel de chinampa.
Sus honey flights ofrecen al público una degustación de cuatro mieles acompañadas de maridaje, que consiste en una cuidada selección de quesos, frutos secos y frutas de temporada. El primero incluye las mieles de mezquite, aceitilla, mangle y aguacate, pero la selección puede variar según las estaciones del año y las floraciones, ya que esto determina la disponibilidad de las mieles. La duración de la experiencia es de 1:30 hrs, con un costo de $650 pesos por persona. Sin embargo, puedes visitar el Honey Tasting Room para probar y adquirir las mieles que más te llamen la atención o solicitar a través de sus redes sociales el diseño de una experiencia personalizada para una ocasión especial.
Las experiencias sensoriales diseñadas por Arlette Gomez, Honey-Enthusiast y fundadora de A de Abeja, y Roxanna de la Fuente, Honey-Provocateur, tienen como objetivo redescubrir la biodiversidad de México a través de los aromas, sabores y texturas de las mieles, al mismo tiempo que buscan crear conciencia sobre los desafíos que enfrentan las abejas, las y los apicultores y la industria de la miel.
Arlette ha compartido su conocimiento y pasión por las mieles mexicanas a través de catas en México, España, Italia y Reino Unido, siendo la primera persona en nuestro país en obtener la certificación como miembro del Panel de Personas Expertas en Análisis Sensorial de Miel de Italia. Por su parte, Roxanna gracias a su curiosidad, genera valor a través del diseño de experiencias innovadoras en diversos proyectos, enfocándose en aquellos de sustentabilidad y participación ciudadana que buscan un impacto positivo en la sociedad.
“Percibimos el mundo saboreándolo. Después de probar algo, tomamos pequeñas decisiones que moldean nuestras preferencias futuras. Todes participamos en el ritual infinito de elegir, comer y compartir ingredientes. Por eso, es de vital importancia para nosotras dar a conocer la diversidad y complejidad de las mieles mexicanas y fomentar el consumo local para fortalecer la economía de las y los pequeños productores, pues son quienes desempeñan un papel activo en la preservación de las abejas y el cuidado de los ecosistemas”, menciona Arlette.
La familia de A de Abeja está compuesta por doce personas apicultoras dedicadas exclusivamente al mercado local, quienes cuidan meticulosamente sus cosechas seleccionando áreas con suficiente alimento (flores) y libres de agroquímicos. Su colección de mieles agrupa dieciocho floraciones distintas producidas por la misma especie de abeja (apis melífera o abeja europea) y los procesos de cosecha, extracción y envasado son en frío, conservando así todas las cualidades botánicas, sabor, olor y textura de la miel, así como sus propiedades antisépticas.
“En nuestro Honey Tasting Room buscamos fomentar la creatividad, la curiosidad y la exploración, así como un nuevo enfoque cultural destinado a recuperar nuestra capacidad de vernos como parte del planeta, de participar activamente para incidir positivamente en el sistema alimentario global, conectar con nuestras comunidades y reconocernos como agentes de cambio a través del placer de comer”, agrega Roxanna.
De acuerdo a la FAO, las abejas son esenciales en la producción mundial de alimentos, siendo responsables del 76% de la misma, y mantienen el equilibrio ecológico necesario para el bienestar del 84% de las especies vegetales. Si las abejas no existieran, varias frutas y vegetales (como manzanas, calabazas, peras, cerezas, fresas, tomates, pimientos y muchos más) se verían afectados en su polinización y podrían sufrir una disminución significativa en su producción. Enfrentaríamos graves consecuencias en términos de seguridad alimentaria, biodiversidad, economía y equilibrio ecológico, por lo que es importante tomar medidas para proteger a estas pequeñas pero poderosas polinizadoras.