El más reciente estudio de Ipsos “Miradas sobre el crimen y fuerzas de seguridad alrededor del mundo”, realizado en 29 países demuestra las percepciones sobre el crimen y la aplicación de la ley a nivel global. El crimen es un problema que afecta a todo el mundo. Su impacto se extiende más allá de los aspectos individuales, conmocionando la seguridad, la economía y la estabilidad política. Hoy en día, vemos que es más común que las personas informen sobre delitos en sus vecindarios, desde robo de vehículos y personas que usan drogas en las calles, hasta asaltos y presencia de pandillas.
A nivel mundial, el estudio nos arrojó que uno de cada tres encuestados considera que ha habido un aumento de la delincuencia y la violencia en su vecindario. Pocos dicen que el crimen ha disminuido en el último año. En nuestro país, el 46% respondió que en el último año la violencia ha aumentado en su vecindario y solamente un 9% cree que disminuyó.
En promedio, entre los 29 países encuestados, los robos de vehículos (50%) y el consumo de drogas ilegales (50%) fueron los delitos más reportados en los vecindarios. En nuestro país, el 71% respondió que ha sido testigo o ha escuchado sobre el robo de algún vehículo o acto vandálico.
Cuando se trata de que el gobierno priorice los problemas, en promedio a nivel mundial un 57% quiere ver que su gobierno priorice la economía sobre detener el crimen (solo un 20%). Solamente el 32% de los mexicanos encuestados opinan que el gobierno debería centrarse en combatir el crimen, la mayoría son testigos diariamente, pero pocos lo consideran un problema prioritario.
En México, el 59% desconfía de la policía o fuerzas de seguridad con relación a que puedan parar o controlar los crímenes. A nivel global, solo la mitad de los participantes confía en las fuerzas del orden público.
En promedio global, el 39% dice haber visto o escuchado sobre grupos o personas vinculadas al narcotráfico en su barrio, mientras que el 32% dice haber visto o escuchado sobre la presencia de pandillas en sus comunidades.
Sin embargo, en México, estos porcentajes son mucho más altos. En nuestro país, 70% respondió haber visto a personas consumir drogas ilegales en su barrio durante los últimos 12 meses, más de la mitad, 58%, denunció que hay tráfico de drogas en su vecindario y el 51% que hay presencia de pandillas.
Los encuestados en todos los países tienen más probabilidades de informar que el crimen estaba aumentando en lugar de disminuir en su vecindario en los últimos 12 meses, aunque en 21 de los 29 países, más encuestados dicen que los niveles de delincuencia se mantuvieron iguales.
Los niveles percibidos de crímenes violentos son notablemente más altos en algunos de los países encuestados. La violencia contra las mujeres reportada es más frecuente en Sudáfrica (68%), Turquía (65%) y Perú (63%). Más de la mitad de los mexicanos (55%) han sido testigos de violencia en contra de mujeres adultas.
Los países con los niveles más altos de violencia reportada en sus comunidades tienden a estar en América del Sur o América Latina, mientras que los países con tasas más bajas de violencia percibida tienden a estar en Europa.
Japón se destacó como un caso atípico por su falta de actividad criminal percibida. En todas las categorías de delitos consultadas, los encuestados en Japón se encuentran entre los menos probables, si no los menos probables, de decir que el crimen ocurrió en su vecindario.
La mayoría de los encuestados en los 29 países prefieren que sus gobiernos prioricen la creación de empleos e impulsar la economía (57%) o proteger la salud y el medio ambiente de los ciudadanos locales (23%) en lugar de detener o reducir el crimen (20%). Lo mismo ocurrió en todos los demás países, con la excepción de Chile.
Los países que informaron de un aumento en los niveles de delincuencia tendían a ser más propensos a exigir que el gobierno tomara medidas para detener la delincuencia. Los encuestados en países como Turquía y Sudáfrica han percibido un aumento en la delincuencia en los últimos 12 meses, pero no están priorizando la acción del gobierno sobre el tema. Estos tienden a ser países con crisis económicas en curso, como la inflación desenfrenada en Turquía y el desempleo en Sudáfrica.
Las naciones europeas y asiáticas son menos propensas a sentir que el crimen aumentó recientemente. Mientras tanto, en América se registra una mayor percepción del crimen y señalan la necesidad de que el gobierno priorice el tema.