La industria aeroespacial en México tendrá mayor crecimiento durante los próximos años, particularmente la cadena de proveeduría regional, ya que se ha mostrado como uno de los sectores más dinámicos por el fenómeno del nearshoring.

A inicios de este 2023, según el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (2022) se registraron más de 132 unidades económicas que generan cerca de $5.51 billones de pesos mexicanos, con un alza del 18%.

“La demanda de equipos de transporte aéreo, mantenimiento, piezas para su funcionamiento o logística dentro del sector van a requerir que los proveedores regionales no solo aceleren su producción, sino que garanticen en tiempo y forma los insumos que demanda la industria”, señaló Carlos González director General de Hultek, empresa mexicana líder en la fabricación de piezas de hule para la manufactura.

Según Data México, de enero a septiembre de 2022, el índice de Inversión Extranjera Directa (IED) correspondiente a la fabricación de equipo aeroespacial fue de 198 millones de dólares, mostrando crecimiento mayor al 200% con respecto al año previo, pues en 2021 se registraron 46.2 millones de dólares en IED del sector.

Los estados que mayor participación tienen en este sector son Querétaro, Baja California, Chihuahua y Nuevo León; se estima que hay más de 300 empresas dedicadas a la industria aeroespacial, 80% son de manufactura y el 20% restante es de servicios de mantenimiento, diseño, ingeniería y operaciones.

Como parte de la demanda que surge a partir del crecimiento de la industria, se encuentran desde proveedores especializados hasta empresas que ofrecen micropartes, como sucede con la industria del plástico y del hule.

De acuerdo con información generada por Hultek, las piezas de mayor demanda de hule en la industria están hechas de monómeros de etileno propileno dieno, también conocido como EPDM, ya que es un compuesto altamente resistente a la intemperie.

En ocasiones, piezas como válvulas de purga, sellos, grommets, juntas, extrusiones o amortiguadores deben ser resistentes a los aceites de petróleo, gases y lubricantes, para evitar el cambio de fluidos, aire y vibraciones, por lo que en esos casos se recomienda Nitrílo, o Nitrílo Hidrogenado cuando están expuestas a condiciones más extremas.

“La cadena de proveeduría debe contar con certificaciones y sello que garanticen su producción, especialmente con equipos que se manejan en terreno aéreo, pues deben tener un alto umbral de resistencia bajo tensiones y temperaturas extremas”, agregó González.

El crecimiento de la industria aeroespacial en México es una oportunidad para que las PyMes de la manufactura se sumen a la ola del nearshoring, además de brindar oportunidades significativas para las empresas mexicanas en el sector aeroespacial.

Por medio de asociaciones estratégicas, la cadena de proveeduría puede acceder a nuevas tecnologías, conocimientos especializados y mejores prácticas de la industria para fortalecer la manufactura local y consolidar su participación en una industria que vive su mayor época de expansión, concluyó el directivo.

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