El Programa de Resiliencia ante Inundaciones de la Alianza Zurich y la IFRC (La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja), implementado por la Cruz Roja Mexicana, cumple 10 años este 2023. La Alianza surge de la iniciativa de invertir en la resiliencia comunitaria dados los daños que resultaban de las inundaciones, y los costos que generaban tanto a nivel familiar, sector privado y productivo, así como a los gobiernos de los países. De esta manera, se diseñó un marco de trabajo basado en el fortalecimiento de los capitales de la resiliencia: Humano, Social, Físico, Financiero y Natural.
Inicialmente, cuatro países de dos organizaciones internacionales fueron seleccionados para iniciar este proyecto global, dada su vulnerabilidad y ocurrencia de inundaciones en su historia: Nepal y Perú (Practical Action) y México e Indonesia (IFRC).
“Nuestro propósito es crear un futuro mejor como aseguradora. Para nosotros es un orgullo ser partícipes de los primeros 10 años del PRAIM en México. El valor de este proyecto donde participan tantos actores recae precisamente en su consistencia y en su objetivo de crear resiliencia y desarrollar la capacidad de prevenir riesgos en las comunidades. Ayudar a las personas es la esencia que tenemos en Zurich y nuestra identidad como compañía”, comentó Marc Martínez, Director General de Zurich México.
Actualmente, más de 17 países de 10 organizaciones participan en la Alianza, implementando acciones de resiliencia, abogacía e investigación relacionada con el impacto de las inundaciones.
Proyecto de Resiliencia ante Inundaciones en México, breve recorrido por su historia
Fase 1: bases para la resiliencia comunitaria
En México fue seleccionado el estado de Tabasco por su alta susceptibilidad a las inundaciones y por la experiencia de la gran inundación de 2007, la cual dejó pérdidas millonarias en varios sectores. Específicamente, 20 comunidades del municipio de Jonuta fueron elegidas y, por primera vez, la Cruz Roja Mexicana inició la operatividad en acciones de preparación y resiliencia comunitaria a largo plazo.
Durante cinco años, se establecieron vínculos comunitarios para el trabajo a nivel familiar, que permitió conocer la vulnerabilidad específica de la zona, plantear acciones de preparación y rehabilitación de las líneas vitales que se ven afectadas y, sobre todo, se demostró que el proceso a largo plazo permite generar confianza en la población social y geográficamente marginada y vulnerable, se fomenta la auto- organización de grupos comunitarios para la gestión de su riesgo, se generan grupos de respuesta y de promoción de la salud, y se reconectan los vínculos entre la población y las autoridades locales, municipales y estatales.
Fase 2: escalamiento geográfico y de impacto
Gracias a la experiencia de la Fase 1, se pudo contar con una segunda fase de implementación, comprometida de 2018 a 2024, contando con aprendizajes de las comunidades tabasqueñas, y con un equipo con experiencia en la resiliencia comunitaria de la Cruz Roja Mexicana. Así, inicialmente se seleccionaron comunidades del municipio de Teapa, para posteriormente, ampliar a comunidades de los municipios de Jalapa y Tacotalpa, añadiendo un estado más: San Luis Potosí en los municipios de Ciudad Valles, Tamazunchale y Tamuín.
La inclusión de un nuevo estado permitió adaptar los marcos de trabajo comunitario de un contexto rural a uno urbano y, por lo tanto, las líneas de actividades comunitarias hacia el trabajo con autoridades de los sectores, y más enfocado en generar conocimiento resultado de la medición, a través de documentos que
puedan ser útiles a tomadores de decisiones para mejorar sus acciones, replicar el conocimiento o fomentar la vinculación con la población.
Principales logros
– Más de 10 mil beneficiarios directos, con cambios profundos en el entendimiento y la gestión de su riesgo.
– Más de 300,000 beneficiarios indirectos alcanzados por difusión del riesgo, emisión de contenidos, capacitaciones, réplica de metodología e impacto de los productos.
– 22 brigadas comunitarias reconocidas por el Instituto de Protección Civil del Estado de Tabasco.
– 38 comunidades intervenidas en 7 municipios de dos estados.
– 64 estudios de la medición de la resiliencia, con resultados difundidos con líderes y autoridades locales.
– Productos de análisis del impacto de las inundaciones: Tabasco 2020 (PERC) y Estudio Regional en la Huasteca.
– Establecimiento de las líneas de gestión de conocimiento y abogacía para difundir las acciones de los proyectos a otros públicos e interesados, así como incidir en la toma de decisiones y agenda pública.
– Réplica de la metodología y experiencias de la resiliencia comunitaria a otros proyectos:
o Proyecto de preparación comunitaria en Chiapas (2016-2021)
o Proyecto de resiliencia comunitaria ante sismos (2018-2021; 2023)
o Proyecto de preparación comunitaria por el huracán Grace (2022)
o Centros Educativos Seguros (2022)
o Escuelas Resilientes (2018-2021)
– Premio Nacional de Protección Civil 2019, en reconocimiento a la formación de las brigadas comunitarias de Jonuta, Tabasco.
– Fuertes alianzas. Zurich México, como mayor representante del sector privado para el proyecto, ha logrado no solo generar la confianza financiera para la implementación en México, sino que ha sido la extensión para alcanzar nuevas esferas de socialización e incidencia.
– Los gobiernos locales, municipales y estatales han podido ser testigos de la evolución del proyecto, fortalecido por las vinculaciones en distintos niveles. Organizaciones No Gubernamentales, humanitarias y de desarrollo social tanto de México como internacionales, se han sumado a través del intercambio de experiencias, asesoría técnica y procesos colaborativos.
La preparación comunitaria facilitó la respuesta en las inundaciones del 2020 en Tabasco. Las brigadas conformadas por el proyecto permitieron el acceso más rápido y puntual de los grupos de asistencia humanitaria a las comunidades, asegurando la distribución equitativa en la población.
– El proyecto sentó las bases para crear en la Cruz Roja Mexicana el Programa Nacional de Reducción de Riesgo de Desastre, cuyo objetivo es retomar la experiencia de la implementación, fortalecer las metodologías a otras amenazas, contar con un equipo de asesores que orienten la implementación de otros proyectos, generar herramientas de trabajo y diseminar en las Delegaciones de la institución la importancia de la preparación y la resiliencia en el ciclo de la gestión del riesgo.
Retos superados
– La sensibilización comunitaria para la preparación voluntaria de las personas de las comunidades lleva tiempo. Cambiar la percepción de ser solo una institución de asistencia o de atención pre-hospitalaria requiere de procesos reiterativos, además de que los contextos de las personas más vulnerables conllevan otros problemas sociales, económicos y culturales.
– La permanencia por meses y años en comunidades requiere replantear los protocolos institucionales respecto al voluntariado, trabajo comunitario, seguridad, salud e, incluso, los procesos administrativos.
– La pandemia por COVID-19, como a todos los proyectos y organizaciones, exigió replantear la manera de trabajo y buscar herramientas que pudieran ser asequibles a distancia, contar con fuertes pilares en las comunidades para hacer extensivo el trabajo.
– Los resultados en procesos de largo plazo no son visibles en los primeros meses; establecer las bases del trabajo comunitario requiere un proceso interno de capacitación y, posteriormente, un proceso de sensibilización comunitaria para poner en práctica las líneas de trabajo que visualizan los impactos.
Si desea conocer más acerca de la Alianza de Zurich para la Resiliencia ante Inundaciones y las diversas acciones que lleva a cabo a nivel global, nacional y local, visite https://floodresilience.net/.