Ante la reciente propuesta de proyecto de norma PROY-NOM-163-SEMARNAT-SCFI-2023 (NOM-163) de emisiones de bióxido de carbono (CO2) de vehículos ligeros, emitida por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales federal (SEMARNAT) y la Secretaría de Economía federal (SE), diversas organizaciones civiles pidieron que sea un instrumento que en verdad aproveche las oportunidades de mitigación climática que necesita el país.
Dichas organizaciones, como son El Poder del Consumidor (EPC), el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), la Iniciativa Climática de México (ICM) y el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT), pertenecientes al Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire (OCCA), expresaron su interés para que México use dicha NOM en mitigación de CO2 y el país pueda cumplir los compromisos de la vigésimo séptima Conferencia de las Partes (COP 27) en 2022.
Jorge Villarreal, director de Política Climática de ICM, destacó que “una buena norma de emisiones GEI y rendimiento de combustible en vehículos ligeros (NOM-163) es uno de los instrumentos más costo-efectivos para la reducción de emisiones que generan el cambio climático”.
Además de que “contribuiría a avanzar en la seguridad energética del país ya que ayuda a reducir la demanda por gasolinas importadas”. Enfatizó que, de no contar esta norma con una ambición adecuada, el país quedaría muy lejos de la meta de reducción del 35 por ciento de las emisiones de GEI para el 2030”.
Adicionalmente, Gabriela Alarcón, gerente de Política Climática de ICM, expresó que “la primer propuesta de actualización de la NOM-163 en 2018 tenía un potencial de mitigación del doble de lo que se presenta en el actual proyecto de norma ya que, de acuerdo con cifras de SEMARNAT, la propuesta de 2018 tenía un potencial de mitigación de 18 Mt CO2e y el proyecto actual solo reduciría 8.9 MtCO2e en 2030.” De aprobarse como está planteada habría una regresividad.
Con respecto al contenido del proyecto de NOM, Carlos Jimenez consultor e investigador del ICCT, mencionó que “el diseño se aleja de las mejores prácticas, ya que incorpora flexibilidades y mecanismos de cumplimiento que sólo ocurren en México, como los créditos por tecnologías híbridas y eléctricas, que son, respectivamente, 5 y 13 veces mayores que en otras regulaciones internacionales similares, lo que reduce el potencial de mitigación del instrumento.
Por esta razón, el alcance del proyecto regulatorio no se alinea con la meta implícita en la NDC de México, de alcanzar el 50% de ventas de vehículos eléctricos ligeros al 2030. La NOM-163 podría acelerar la introducción de vehículos cero emisiones que son mucho más eficientes y no producen emisiones en el escape, pero se debe ajustar su diseño”.
Por su parte, Stephan Brodziak, coordinador de la campaña de Cambio Climático de El Poder del Consumidor, señaló que “esta norma es regresiva en términos de derechos de los consumidores, ya que no exige que se comunique el rendimiento de combustible (en kilómetros por litro) de cada vehículo que se vende en México. El no comunicar el rendimiento de combustible, viola el derecho a la información de los consumidores.