La bodega donde se elabora este tequila se fundó en 1995 en Jalisco, por lo que el destilado que producen cuenta con la Denominación de Origen Tequila.
En el vasto universo de los destilados, el tequila ocupa un lugar privilegiado: esta bebida nace del agave, una planta que para algunos es sagrada. Su sabor es el de la tierra, el cielo y la tradición mexicana. Su historia se remonta a siglos atrás y es precisamente eso lo que la ha convertido en uno de los embajadores más apreciados de la cultura mexicana en el mundo.
En 1974 este destilado recibió la protección de Denominación de Origen Tequila, un reconocimiento que hoy sólo comparten cinco estados de la República Mexicana: Guanajuato, Tamaulipas, Michoacán, Nayarit y, por supuesto, Jalisco. En el mundo, este sello es reconocido en 55 países, incluyendo la Unión Europea.
A pesar de que todos estos estados de la República cuentan con esta denominación, es en las tierras de Jalisco, bajo el sol ardiente, donde se producen algunos de los mejores tequilas del mundo, Kypros es un ejemplo de esta excelencia.
El nombre de esta marca está inspirado en una palabra del latín, cuprum, y esta a su vez proviene del griego ΚΥΠΡΟΣ (chipre). Esta palabra es con la que actualmente se designa al Cobre, cuyo símbolo es Cu y su número atómico es 29; este número representa la apreciación y el agradecimiento de lo que se tiene.
Aunque su nombre está inspirado en un vocablo extranjero, Kypros es una marca 100% mexicana, pues se trata de un tributo a nuestro país por parte de dos personas aventureras que en esta tierra se enamoraron del agave y de su espíritu guerrero.
La bodega donde nace este destilado se fundó en 1995, cada gota que se produce ahí es el resultado de un meticuloso proceso de selección de agaves tequilana weber que cuando llegan a su punto de maduración se jiman por manos expertas.
Estas “piñas” —como se les conoce coloquialmente— se cuecen en hornos de piedra volcánica para extraer su néctar, lo que le otorga notas ahumadas al producto final. En este proceso también se impregnan los aromas a canela, clavo, miel y frutos secos, entre otras especias, que le brindan un inconfundible bouquet.
Su proceso de elaboración está avalado por el Consejo Regulador del Tequila y cumple con las normativas que rigen la producción de Denominación de Origen del Tequila en el estado de Jalisco. Cada botella se distingue por su sutileza y elegancia, se elabora de forma artesanal, utilizando ingredientes orgánicos y llevando el sello Kosher.
El tequila es cuidadosamente elaborado para obtener la perfección en su sabor: una vez fermentado, se realiza una doble destilación que pasa por tubos de cobre para lograr un sabor inigualable. Sus tres etiquetas son testimonio de la tradición mexicana:
Blanco: Es el alma desnuda del agave. Una bebida llena de notas florales y herbáceas con un toque almendrado de cuerpo amable. Ideal para una reunión entre amigos o un gran encuentro lleno de amistad y alegría.
Reposado: Descansa tres meses en barricas de whisky bourbon de roble francés. Sus tonalidades van del amarillo paja al ámbar delicado. Tiene aromas y sabores de frutos en conserva, florales y notas de mantequilla con suaves destellos de madera. Su fuerza de maridaje es perfecta para una comida mexicana en este mes patrio.
Añejo: Abrigado en barricas de whisky escocés de roble americano durante 12 meses, esto le aporta una tonalidad ámbar y matices ligeramente cobrizos. En nariz tiene una sutil armonía frutal, con notas de frutos secos, vainilla y madera.
El espíritu de Kypros está inspirado en la fuerza y elegancia de un caballo en campo abierto. Es un tequila de calidad premium que refleja un profundo amor por México y por eso es un embajador de nuestra cultura que se viste con exclusividad y distinción.
En la caricia de su sabor se siente la fuerza del agave y el aroma de la tierra. Está disponible a través de su página web y muy pronto en los pasillos de El Palacio de Hierro y Chedraui Selecto.