Investigaciones recientes han reportado alteraciones neurológicas en aproximadamente el 36,4% de los pacientes que padecieron COVID-19. Además, un estudio de cohorte que incluyó a 236.379 sobrevivientes de la infección aguda por SARS-CoV-2 6 meses después, mostró que el 56% desarrolló numerosas enfermedades neuropsiquiátricas, incluido el deterioro cognitivo, así como complicaciones neurológicas generales y trastornos músculo esqueléticos.
De manera general la infección por SARS-CoV-2 está vinculada a diversas manifestaciones neurológicas debido a la neuroinflamación, la interrupción de la barrera hematoencefálica inducida por citocinas, lesión neuronal periférica y neurotropismo directo, esto se refiere a la capacidad de un virus de invadir el tejido nervioso.
Los especialistas mencionan que los síntomas neurológicos más comunes por COVID-19 son mareos (16,8%), dolor de cabeza (13,1%) y fatiga (13,0%). Además, accidentes cerebrovasculares, convulsiones, ataxia y confusión.
En lo que se refiere al tratamiento, en muchos casos se utiliza la terapia adyuvante con citicolina que posee efectos neuroprotectores y neurorestauradores contra diferentes trastornos neurodegenerativos, como deterioro cognitivo y en caso de traumas cerebrales a través de sus efectos antiinflamatorios, antioxidantes que contribuyen a la actividad neuronal.
Es fundamental prever el panorama a futuro en el que el número de personas infectadas por el COVID-19 puede incrementar sustancialmente el número de pacientes neurológicos y la carga para los sistemas de salud. Además, los expertos indican que será necesario desarrollar tratamientos integrales compuestos por equipos multidisciplinarios que permitan prevenir las secuelas neuropsiquiátricas.