Javier Herrero, director del Sistema de Empresas B México, detalló que el fomento a las prácticas de gobierno corporativo y responsabilidad social en las empresas mexicanas ha ido al alza, pues muchas industrias trabajan para evitar tener un impacto climático o social.

“Tenemos un gran ejemplo del trabajo de responsabilidad corporativa en el campo de Querétaro con la empresa Tierra de Monte”, siendo el rubro agroindustrial, un rubro que necesita de forma pronta el instalar nuevas políticas de equidad laboral, empleos dignos, protección social, etc.

En el rubro automotriz de Querétaro se requiere de empresas más abiertas a la información pública y ampliar sus políticas de sustentabilidad en sus empresas proveedoras, permitiendo que las medianas y pequeñas marcas crezcan en su transformación a ser empresas B.

Explicó que las empresas de mediano y pequeño tamaño que nacen verdes tienen más ventajas que aquellas que no tienen ese tipo de políticas y sus peligros es quedar fuera de las cadenas de suministro de las grandes marcas, por ello, las grandes marcas deben impulsar los gobiernos corporativos en sus cadenas de suministro.

“No olvidemos que en la Unión Europea y Estados Unidos tienen parámetros que obligan a ser industrias responsables, en caso contrario no pueden comercializar sus insumos como servicios a dichos mercados”, dijo.

Las Empresas B son organizaciones que han adoptado un enfoque diferente hacia los negocios, pasando de beneficiar sólo a unos pocos a beneficiar a todos y pasar de la extracción a la regeneración, priorizando la sostenibilidad y la responsabilidad social.

En México existen más de 100 Empresas B que, anualmente, facturan más de 740 millones de dólares y que agrupan a más de 10.000 colaboradores que son el vivo ejemplo de que siempre hay una mejor manera de hacer negocios.

El movimiento de Empresas B tiene presencia en 90 países a través de más de 7.300 compañías de 161 industrias diferentes. En América Latina, el movimiento agrupa a más de 1.100 Empresas B Certificadas.

En el caso de no sólo empresas, sino de parques industriales responsable, en el territorio nacional se cuenta con una gran cantidad de propiedades industriales, con más de 425 parques industriales distribuidos en 27 estados de la República Mexicana según cifras de la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP), se espera la llegada de 227 nuevas empresas en promedio por año en el periodo 2023-2025.

La Secretaría de Economía federal señala que en Querétaro se tienen más de dos decenas de parques industriales, que representan una exportación por cerca de 15 mil millones de dólares anuales, con el casi 30 por ciento de ellos surgidos de la industria de autopartes y accesorios de vehículos automotores, instalaciones que requieren apostar a la responsabilidad corporativa.

Por su parte, Abraham Fernández, director para sector industrial de la consultora Newmark, detalla que la sustentabilidad actual de los parques y naves industriales radica en el tipo de materiales de construcción y sus políticas internas de los corporativos instalados como es uso de sistemas de reciclado de agua, energía renovable, etc.

Ejemplificó que las naves viejas incluso se hacían de asbesto, que es cancerígeno y actualmente se hacen de concreto prefabricado, así como la eficiencia en el uso de servicios como plantas tratadoras de agua y el uso de tecnología, como paneles fotovoltaicos para generación de energía eléctrica, principalmente.

Un ejemplo en Latinoamérica de marcas responsables es la empresa de cosméticos Natura tiene un gran ejemplo de tener toda una cadena de suministro sustentable al establecer un gran parque industrial responsable en Brasil, donde toda su cadena de medianas y pequeñas empresas que le suministran insumos sea bajo parámetros de responsabilidad.

El ejemplo de la marca Natura, es su complejo industrial en Benevides, municipio de Brasil, denominado “Ecoparque”, el emprendimiento concentra la producción de cosméticos y tiene a su lado a todos sus proveedores.

El Ecoparque está construido al lado de la ruta PA 391. El proyecto es espacio para otras empresas interesadas en componer el polo industrial. El lugar está inspirado en el concepto de simbiosis industrial al conectar empresas de diferentes segmentos de mercado, siempre que tengan intereses comunes y necesidades que se complementen.

“Ese tipo de trabajos de parque industrial con visión circular es un parámetro muy visionario que permite que se mitiguen los impactos corporativos, reduciendo la generación de desechos, ahorros de agua y fomento a una economía circular. Aunado a que al final se consigue una regeneración social”, dijo.

“No es sólo hacer parques con materiales verdes sino se requieren instaurar políticas de responsabilidad corporativa y que las empresas instaladas modifiquen su diseño y metas de comercio sostenible”.

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