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En los últimos años, la crisis de sequía y escasez del agua en México se ha convertido en una preocupación para todos los ciudadanos. Un estudio publicado por el Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado dejó ver que el 53% de los mexicanos están preocupados por la problemática del agua en el país, siendo la situación medioambiental que más genera temor, según dicha investigación.

Lo anterior es comprensible si se toma en cuenta que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha reconocido que el 59% del territorio mexicano vive bajo algún grado de sequía. Además, mes con mes, el Monitoreo de Sequías de México del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informa sobre un aumento en la cantidad de territorios con escasez de agua y los efectos de esta crisis ya han afectado sectores vitales, como la agricultura, que ha reportado pérdidas en los cultivos de maíz, frijol y arroz, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

Esto ha llevado a un panorama de crisis, en el que cada vez más territorios del país se acercan al Día Cero, fecha en la que el suministro libre de agua termina y el acceso a este bien comienza a ser racionado. Como el recién anuncio de la reducción en el suministro de agua que afectará a 12 alcaldías de CDMX y 16 municipios del Estado de México, la cuales están contempladas que duren 6 meses o más, debido a que el Sistema Cutzamala sólo ofrece el 28 y 30 por ciento de su capacidad total.

“Urge que tomemos acciones y cambiemos la manera en la que nos relacionamos con los recursos naturales. Es imperativo que comencemos a tener una gestión óptima del agua y promovamos un almacenamiento adecuado de este líquido en todas las comunidades”, enfatizó Alejandro Segovia, director de la unidad de negocios de soluciones individuales para México y Centroamérica.

Soluciones necesarias: almacenamiento adecuado y uso óptimo del agua

Una de las acciones más efectivas para combatir la falta de abastecimiento de agua que enfrenta México es implementar un adecuado almacenamiento de este recurso en tinacos y cisternas. Esto permite garantizar un suministro sostenible de agua potable, así como evitar su desperdicio y asegurar su calidad. “Los sistemas como tanques, tinacos o cisternas permiten amortiguar los efectos adversos de la variabilidad climática al acumular agua durante los periodos de abundancia para su uso durante las sequías», explicó Segovia.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022 arrojó que el 81% de las familias mexicanas almacenan agua de la red pública y el 65% de ellas lo hace en tinacos, cisternas o ambos, sin embargo, el 16% restante se ve obligado a recurrir a contenedores portátiles como cubetas, piletas u otro tipo de recipientes, lo que podría poner en riesgo su salud, pues no cumplen con las características necesarias para garantizar la calidad óptima del agua.

“Almacenar este recurso adecuadamente, utilizando contenedores con tecnología innovadora, como capas que protegen el agua del sol y que evitan la reproducción de bacterias, así como filtros que retienen partículas y sedimentos para garantizar la mejor calidad del agua para el uso humano es una cuestión de seguridad hídrica y también una inversión en la calidad de vida de las comunidades», finalizó Segovia.

Por lo anterior, es fundamental promover la educación sobre el uso responsable y óptimo del agua en los hogares, fomentando prácticas adecuadas de almacenamiento, conservación y reutilización de este bien durante las tareas de higiene y domésticas. La sequía en México no es un problema que se pueda ignorar, por lo que, desde Grupo Rotoplas, se busca generar conciencia para tomar las medidas concretas y responsables para preservar este recurso vital, así como difundir el uso de sistemas de almacenamiento de calidad para que más hogares mexicanos puedan tener más y mejor agua en cualquier momento.

 

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