El Índice de Competitividad Urbana del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala que la zona urbana de Querétaro capital, es la tercer urbe de gran tamaño (más de un millón de habitantes) más competitiva del país, detrás de Monterrey, Nuevo León y Saltillo, Coahuila.
Debido a la gran importancia de las ciudades en el progreso social, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) realiza año con año el Índice de Competitividad Urbana (ICU) para conocer el desempeño y los retos que presenta cada ciudad.
A partir de 69 indicadores agrupados en 10 subíndices, el índice evalúa a 66 ciudades, donde viven más de 62 por ciento de los mexicanos. En esta edición del ICU, las ciudades mejoraron en promedio en el subíndice de Derecho y Aprovechamiento de las relaciones internacionales, mientras que en el resto de los subíndices el comportamiento fue más estable.
En el caso de Querétaro, en los apartados medidos, se detalla que en Derecho es el sitio 12 nacional; en Medio ambiente en sitio 13 nacional; en Sociedad en sitio 6 nacional; En Sistema político en sitio 1 nacional, destaca en los parámetros de Participación ciudadana, competencia electoral, atención a la prensa, organizaciones sociales y percepción de corrupción.
En el subíndice de Gobierno se ubica en el sitio 4 nacional; en Mercado de trabajo es sitio 7 nacional; en Economía es el sitio 3 nacional, destacando en sus parámetros de crédito, mercado hipotecario, crecimiento social, crecimiento PIB, diversificación económica.
Finalmente, en esos subíndices de Infraestructura se coloca en el sitio 4 nacional; en Apertura Internacional es el sitio 7 nacional y en Innovación se colocó en el sitio 6 nacional.
Mientras que Durango y Mazatlán se ubican en los primeros lugares entre las ciudades medianas.
Por su parte, Los Cabos y Puerto Vallarta permanecen como las ciudades más competitivas entre ciudades relativamente más pequeñas. En esta categoría, San Juan del Río se coloca en el sitio 13 nacional.
El IMCO señala que en general, las ciudades mexicanas mejoraron en el subíndice de Derecho en promedio, esto porque disminuyó la tasa de homicidios (de 33.4 a 33.1 por cada 100 mil habitantes) y el robo de vehículos (de 3.2 a 3 por cada mil vehículos registrados), y se incrementó la percepción de seguridad, de 35.4 a 37 por ciento.
Algunas condiciones laborales en las ciudades mejoraron. Por ejemplo, la informalidad en las ciudades evaluadas se redujo de 47.4 a 46.3 por ciento entre 2021 y 2022. A pesar de eso, las diferencias entre las ciudades persisten, mientras en Saltillo es de 29.1 por ciento, en Acapulco es de 67.4 por ciento. Por otro lado, disminuyeron los demandantes en conflictos laborales, de 4.1 a 2.8 por cada mil personas económicamente activas.
Como efecto de la recuperación de la economía luego de la pandemia, el flujo promedio de pasajeros aéreos se incrementó casi 30 por ciento, al pasar de 698 a 904 pasajeros por cada mil habitantes. La ocupación hotelera tuvo un fuerte repunte, pues pasó de 38.2 a 50.3 por ciento.
En todas las ciudades examinadas, al menos 60 por ciento de la población adulta percibe que en su gobierno hay prácticas de corrupción frecuentes y muy frecuentes, pero el promedio es más de 80 por ciento.
A pesar de la mejora general en el subíndice Derecho, se incrementó la incidencia delictiva (pasó de 17.9 a 19.4 delitos del fuero común por cada mil habitantes) y el número de agresiones a periodistas.
En promedio, las ciudades consumieron 114.8 metros cúbicos de agua por habitante (104,800 litros); sin embargo, hay casos como Campeche, Campeche y Mazatlán, Sinaloa, donde el consumo fue más del doble. Además, el porcentaje de hogares que se abastece por medio de pipas pasó de 1.1 a 2 por ciento.
En promedio, en las ciudades evaluadas una mujer recibe 17 por ciento menos ingresos que un hombre, una brecha mayor que el año anterior, cuando se ubicó en 16.6 por ciento. La brecha entre los ingresos promedio de mujeres y hombres fue más alta en Chilpancingo, Guerrero (36 por ciento); Xalapa, Veracruz (34 por ciento) y Manzanillo, Colima (29 por ciento).
En materia de innovación, se redujo el número de patentes solicitadas (de 2.2 a 1.3 por cada 100 mil personas económicamente activas).