Por: Patricia Gutiérrez
Vicepresidenta de ICF Argentina
Communication Coach & Coach Ejecutivo
Desde los 50 años en adelante, existe un mercado conocido como silver market o Mercado de Plata, en alusión al cabello canoso que peinamos a partir de esa edad.
Este concepto, que nació en Japón como resultado del crecimiento de la expectativa de vida después de la segunda guerra mundial, constituye una gran oportunidad para quienes ofrecen productos o servicios. Solo en Europa se espera que hacia 2060 uno de cada tres habitantes sea mayor de 65 años como resultado de la inversión de la pirámide demográfica y la longevidad.
La silver economy o economía de plata, como se la denomina en la actualidad, es el resultado de los cambios en la forma de consumo, las posibilidades que brinda la vida moderna, el acceso a la información, el interés por llevar una vida saludable, la transformación digital, entre otros factores, que transforman a estos “vintage millennials” en el motor de esa economía.
La silver economy incluye todas las actividades económicas, productos y servicios en el ámbito del bienestar, el sector bancario, el ocio, la cultura, el turismo, entre otros, destinados a satisfacer las necesidades de los mayores de 50 años, quienes en general tienen mejor poder adquisitivo y menos responsabilidades, se permiten caprichos en otras épocas impensados; se cuidan, hacen deporte, estudian; se divorcian o forman pareja, renuncian a sus trabajos o se mudan a otro país; inician emprendimientos, hacen los viajes de sus sueños, gastan en productos de calidad de sus marcas preferidas, tienen más tiempo libre.
¿Cómo puede el coach intervenir en esta etapa de la vida de este segmento de la población? ¿Cuáles son los dilemas, desafíos o necesidades de reflexión que pueden traer las personas a las sesiones, después de los 50 años, cuando les quedan varias décadas por delante para vivir en plenitud? Es muy probable que los coaches especializados en carrera, transiciones, life coaching, coaching financiero, coaching para el bienestar y la salud trabajen en procesos en torno a los siguientes temas:
Entrar en la conversación interna “ahora me toca a mí elegir y disfrutar” puede disparar creencias limitantes o sentimientos de culpa en contextos o culturas que cuestionan fuertemente el desarrollo personal o la autovalidación. El coach profesional y entrenado sabrá cómo asociarse con la persona en la búsqueda de nuevas perspectivas que le permitan o inspiren a desplegar los talentos dormidos o elegir los caminos deseados de los cuales tal vez no sea consciente. Los espacios de coaching serán ideales para tomar decisiones sobre cómo utilizar los ahorros para el emprendimiento soñado, el tan ansiado viaje o dar por terminada una pareja que hace años no funciona.
Cuando la persona tenga deseos de poner al servicio toda su trayectoria laboral / profesional o experiencia de vida, tal vez le surjan dudas sobre cómo hacerlo o si realmente tiene la capacidad que otros reconocen pero que la propia persona no observa en sí misma. Es allí donde aparece el síndrome del impostor. El coach será un profesional ideal para acompañarla a pensar en cómo capitalizar, dar a conocer y multiplicar sus conocimientos, experiencias y maneras de hacer networking que tanto pueden aprovechar las generaciones menos expertas.
Si la persona de este grupo tiene una fuerte autoestima y conoce el valor de sus logros, tal vez atraviese una necesidad de cambio o deseo de dejar un legado y busque un coach para que la acompañe en esa transición. Cambiar para qué, con qué propósito. Trabajar en la necesidad de trascender y dejar huella, ¿pero cómo hacerlo? puede trabajarse en coaching.
Muchas veces a esta generación se le plantea el desafío de “tener que ayudar a sus hijos”, pero sin las ataduras de cuando ellos mismos eran padres. El desafío aquí es ayudar hasta donde se pueda y aprender a poner límites para encontrar los espacios propios y hacer frente a los reclamos que pudieran surgir, sin remordimientos. Asimismo, cuando los padres de este sector poblacional llegan a una edad avanzada (porque también son longevos!), ellos pueden necesitar acordar con el resto de la familia la manera de brindarles asistencia médica, económica o emocional, y eso genera conflictos familiares que requieran expresar necesidades, hacer peticiones, poner límites, agradecer, disculparse….
Quienes además de canas tengan muchos proyectos e ideas en esta etapa de la vida, una vez satisfechos con el legado familiar, pueden desear reinventarse. Además de consumir, esta generación produce, crea, opina sin temor a arriesgar su imagen y sin filtros, se hace escuchar y activa cambios culturales. El coach es el socio estratégico ideal para desarrollar habilidades comunicacionales y rediseñar formas de llegar a distintos públicos con la mentalidad que requiere la persona. El desarrollo de la marca personal y el diseño de la propuesta de valor profesional son ideales para trabajar con un coach.
El coach también puede trabajar con este grupo de personas para derrumbar las barreras generacionales que llevan a la discriminación e invalidación de los adultos mayores, solo por pertenecer a tal o cual generación. Estas barreras muchas veces son activadas por las mismas empresas, medios de comunicación o publicidad, y otras veces por este segmento que no se atreve a reconocer sus propios recursos y valor personal y profesional. El diálogo interno en este caso puede ser “estoy grande para estas cosas… mejor me quedo como estoy” y el coach acompaña a trabajar estas creencias limitantes.
Desde el coaching instamos a nuestros clientes corporativos a abrazar la diversidad y la inclusión para que la generación plateada aporte su riqueza por su inagotable fuente de conocimientos y experiencia. Además, suele tratarse de personas leales y confiables, con valores que atesoran fuertemente, agradecidas por ser tenidas en cuenta y sentirse valoradas.
Hoy en día, las empresas cuentan con hasta 5 generaciones que van desde los baby boomers (nacidos entre el ’46 y el ’64) hasta la generación Z (nacidos entre el ’95 y 2012), lo que las transforman en lugares más desafiantes y divertidos para el trabajo y la innovación en espacios colaborativos entre las diferentes generaciones.
En suma, la silver economy tiene como protagonistas a los mayores de 50 años y les brinda la posibilidad de ser parte activa del presente y de diseñar futuros, para lo cual el coaching profesional es sin dudas una disciplina ideal que puede acompañarlos a lograr nuevos objetivos en esta etapa tan desafiante como enriquecedora de la vida.