De acuerdo con el estudio Gato x Liebre de la organización ambientalista Oceana, el bacalao, utilizado en platillos tradicionales para las fiestas navideñas en hogares de todo el país, se sustituye por otras especies de menor valor o especies en peligro.

Se denunció desde 2019 que,  en promedio, el 31.5 por ciento de las veces que se vende bacalao en México, en realidad se trata de una especie completamente  distinta.  El porcentaje de sustitución más alto fue en pescaderías con 55 por ciento, seguido de restaurantes con 40 por ciento. Los supermercados registraron el porcentaje más bajo con 4.5 por ciento.

En el análisis de ADN se encontraron siete especies distintas de tiburón, incluido el tiburón martillo considerada como una especie en peligro crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y productos de acuacultura como la tilapia, cuyo  valor es hasta cinco veces menor.

La vocera de la organización, Mariana Aziz destacó que esta problemática continúa hasta la fecha porque “no existen los mecanismos de información para garantizar que la especie que nos ofrecen sea realmente la que nos dicen y, en consecuencia, tomamos decisiones de consumo en la oscuridad, las cuales ponen en peligro los mares o dañan nuestros bolsillos”.

Agregó que “las y los consumidores no deberíamos resignarnos a vivir en la opacidad, ni a comer tiburones en peligro o especies más baratas a las que pagamos cada Navidad. Es necesario conocer el recorrido de los  pescados del barco al plato. Es urgente que contemos con una Norma Oficial Mexicana de Trazabilidad de Pescados y Mariscos”.

Esta Norma nos daría información de qué sucede con los pescados del barco al plato, dándonos la garantía de que lo que consumimos es la especie que creemos, que vale lo que pagamos y que no es una especie amenazada ni capturada de manera ilegal, dijo.

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