La audición es un sentido fundamental para conectar a las personas con el entorno que los rodea, es esencial para la comunicación. Además, el oído forma parte de experiencias como la música, participar en conversaciones significativas y estar al tanto de los sonidos que pueden indicar peligro. La pérdida de audición afecta a más de 1,500 millones de personas en todo el mundo y, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta cifra puede aumentar gradualmente hasta los 2,500 millones en 2050.
El deterioro puede pasar desapercibido durante mucho tiempo y para mucha gente puede ser difícil detectar cambios en su escucha, sobre todo en etapas iniciales de la afectación. Las personas a su alrededor juegan un papel vital para la detección de anomalías, lo que ayuda a detener algún proceso degenerativo y a dar apoyo a través tratamientos o dispositivos para la escucha, de ser necesario.
La dificultad para oír conversaciones en entornos ruidosos es uno de los síntomas más comunes que enfrentan las personas que experimentan algún grado de disminución auditiva. “Si notas que tu ser querido lucha por entender lo que se dice en un restaurante bullicioso o en una reunión, este podría ser un signo temprano de alteración en la capacidad auditiva. Puede ser que la persona se esfuerce por discernir las voces de las personas, pero llega a perderse detalles importantes en la conversación”, indica Catalina Bulla, especialista audióloga de GAES México.
La solicitud recurrente de repetir pláticas o preguntas frecuentes durante una charla pueden estar relacionadas al entendimiento incorrecto de las palabras. Estas situaciones pueden ser frustrantes para todos los involucrados y suele ser un indicador de disminución auditiva.
Es importante acudir a revisión médica como se hace al cuidar otros temas de salud, como la visita al dentista, al oftalmólogo o el ginecólogo, en el caso de las mujeres. “El diagnóstico oportuno permite brindar soluciones que detengan y coadyuven el deterioro del oído. Las soluciones personalizadas siempre serán las mejores para dar atención a la salud auditiva, pues se hacen los ajustes necesarios que permitan que los pacientes vuelvan a disfrutar de las emociones sonoras de la vida”, comparte la especialista.
El volumen alto de los electrónicos es un síntoma revelador de la disminución auditiva. Esta alerta muchas veces se deja pasar en las familias por que los integrantes se acostumbran al ruido; sin embargo, el tener la televisión y radio a niveles elevados puede dañar a otras personas por el estímulo constante del ruido.
El ignorar una o varias de las señales de alerta sobre problemas en la escucha puede derivar en aislamiento social, las personas pueden a llegar a sentirse incómodas de pedir continuamente que se repitan palabras o conversaciones y es común que lleguen a retirarse socialmente para evitar las dificultades de comunicación que surgen derivados de trastornos en la salud auditiva. Cabe recalcar que el aislamiento social tiene por lo regular un impacto significativo en la calidad de vida de una persona.
Otras señales de atención que pueden ayudar a detectar reducción en el sentido del oído son cuando las personas comienzan a hablar más fuerte de lo normal, la dificultad para escuchar sonidos de alerta, como el timbre de la puerta, el teléfono o la alarma contra incendios; los zumbidos en los oídos son síntomas más directos sobre irregularidades en este órgano; por último, los cambios en el habla y la pronunciación también pueden ser una alerta de que la disminución de la audición es avanzada, esto se debe a la dificultad para escuchar y comprender su propia voz y la de los demás.
Es crucial abordar la detección de estos síntomas de manera proactiva, siempre con la consulta a un profesional en el área que los acompañe a explorar las opciones que puedan mejorar la calidad de vida y devolver el placer por los sonidos.