Se dio a conocer que científicos de la farmacéutica Roche y la Universidad de Harvard descubrieron una clase completamente nueva de antibióticos, algo que no se lograba desde la década de 1980. Según ha demostrado el ensayo clínico con ratones, el nuevo fármaco ‘zosurabalpin’ tiene la capacidad de combatir Acinetobacter baumanii, una bacteria resistente a los medicamentos que puede causar infecciones graves en los pulmones, tracto urinario y sangre.
El superbrote tiene una tasa de mortalidad de hasta 50 por ciento si ha entrado en el torrente sanguíneo. Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud ha clasificado a Acinetobacter baumanii, junto con otros dos tipos de bacterias (Pseudomonas aeruginosa y Enterobacteriaceae), como patógeno crítico de prioridad 1 para el cual se necesitan urgentemente nuevos antibióticos, ya que representa una grave amenaza para la salud humana debido a su amplia resistencia a los medicamentos.
Como ejemplo: Acinetobacter baumanii resistente a carbapenémicos (CRAB) es una infección bacteriana significativa en entornos sanitarios como hospitales y residencias de ancianos, especialmente entre pacientes con ventilación mecánica o en cuidados intensivos, y en individuos inmunocomprometidos o de edad avanzada.
Aunque ha habido una ligera disminución en el número de infecciones por CRAB en Estados Unidos en los últimos años (afectando a casi un tercio de los pacientes hospitalizados en 2019), los datos más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han indicado un aumento en el número de personas infectadas en hospitales desde el inicio de la pandemia de Covid-19 (alcanzando 45 por ciento en 2020).
Si bien es una gran noticia que zosurabalpin haya despertado esperanzas para los ensayos en humanos tras su éxito en modelos de infección por CRAB en neumonía en ratones, el tema de la resistencia antimicrobiana (AMR) aún no ofrece oportunidades de inversión interesantes.
Después de todo, se necesita tiempo para que el fármaco pase por el riguroso proceso de evaluación en todos los ensayos clínicos antes de que se considere seguro estar disponible comercialmente para uso médico. Además, la mayoría de los actores en el campo de la AMR no son empresas especializadas y tienen una capitalización de mercado de menos de 200 millones de dólares.