La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) realizó un estudio de mercado en el que se detectó un alza de precios en frutas, verduras, granos y proteínas no dejan de subir de precios y esto pone en jaque que los mexicanos adopten una dieta saludable.
En lo que va del año, el precio de la calabacita ha aumentado 233.31 por ciento, encontrándose en la ciudad de Tijuana hasta en 150 pesos el kg; la cebolla aumentó 150 por ciento y en San Luis se vende hasta en 78 pesos el kg; el tomate saladet subió 116.10 por ciento, encontrando en Hermosillo un precio de hasta 75 pesos el kg; por su parte la piña se encareció 77.97 por ciento y en Tampico se encuentra hasta en 75 pesos el kg; las lentejas en promedio aumentaron 59.74 por ciento y las papas 51.38 por ciento, localizándose el mayor costo de ambos alimentos en la ciudad de Colima a 45 pesos el kg y 47 pesos el kg, respectivamente; el frijol aumentó 48.58 por ciento y está en Tlaxcala hasta en 54 pesos el kg; la manzana muestra una variación al alza de 48.33 por ciento y en Hermosillo su mayor costo en 49 pesos el kg; el limón subió 46.15 por ciento y en Durango se llega a encontrar hasta en 40 pesos el kg; el arroz incrementó su precio 38.10 por ciento y en Tlaxcala se vende hasta en 34 pesos el kg; finalmente, el plátano se encareció 32.24 por ciento y en CDMX se puede encontrar hasta en 28 pesos el kg.
Por su parte, las proteínas han incrementado su precio a lo largo del actual mandato de manera importante: la lata de atún en agua se encareció 55.62 por ciento, el filete de tilapia, 62.84 por ciento; la milanesa de res, 79.47 por ciento; la milanesa de cerdo, 45.60 por ciento; la pechuga de pollo, 79.47 por ciento; el huevo, 53.75 por ciento y la leche, 59.58 por ciento. Esto ha provocado una caída de consumo de aproximadamente 25 por ciento, pues a los consumidores no les alcanza para comprarlos.
“La inflación va a todo galope en la economía mexicana, haciéndose sentir en esta cuesta de enero, especialmente en los productos alimenticios esenciales que todo hogar requiere consumir para una adecuada nutrición. El estudio realizado demuestra que no es que la gente no quiera comer sano, su limitado poder de compra y el alto costo de los alimentos son los factores que se lo impiden”, recalcó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
En los últimos tres reportes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) se registra una tendencia al alza del fenómeno inflacionario, alcanzando el 5 por ciento la inflación general y colocándose por encima del 10 por ciento lo que respecta a alimentos.
“Como lo hemos señalado, este impuesto castiga fundamentalmente a la población más vulnerable, que son los que mayor parte de sus ingresos destinan a la compra de alimentos”, detalló Rivera.