Contar con unas elecciones justas y democráticas, es el derecho de todos los ciudadanos. En este sentido, la ciberseguridad juega un papel crucial en las próximas elecciones en México con el fin de preservar la integridad del proceso electoral y garantizar la confianza en el sistema democrático.

De cara a las próximas elecciones presidenciales de México, programadas para el 2 de junio de 2024, se vislumbra una realidad marcada por la incorporación de la inteligencia artificial (IA) en los procesos electorales. Si bien esta innovación promete mayor eficiencia, también abre la puerta a desafíos significativos en términos de ciberseguridad. Semanas anteriores, el Senado de México, admitió que la IA amplifica el análisis de la información, pero solo si se usa de manera efectiva. Por otro lado, el Instituto Nacional Electoral (INE), en recientes declaraciones, admitió que la IA está incidiendo en el ámbito político-electoral y plantea desafíos para la autoridad electoral, pero ¿cuáles son los retos que expone la IA para el venidero proceso electoral 2024?

“Durante los procesos electorales, los ataques cibernéticos se intensifican, ya que este periodo se muestra como un momento atractivo para los ciberdelincuentes que, ante la atención pública, la complejidad de las operaciones y la necesidad de información y comunicación en tiempo real, ven este momento como idóneo para ejecutar sus ataques. Los tipos de ciberataques más comunes incluyen el envío masivo de noticias falsas, malwares para la adulteración de resultados, la creación de dominios maliciosos y la difusión de deepfakes (un video, una imagen o un audio generado que imita la apariencia y el sonido de una persona). Este último representa un desafío cada vez más frecuente, con grabaciones de voz y video engañosas que disipan la línea entre la autenticidad y la falsificación,” explicó Arturo Sánchez, Director General de Noventiq México, firma especializada en ciberseguridad y transformación digital.

Asimismo, el uso de herramientas como ChatGPT, que debido a su rápida adopción cuenta con más de 180 millones de usuarios, han llegado facilitar el uso de la tecnología para delitos cibernéticos. Su popularización entre ciberdelincuentes para generar imágenes y noticias falsas, así como textos personalizados suplantando la identidad de otras personas, ponen aún más en riesgo tanto la integridad del proceso electoral.

Desde la desconfianza en los resultados hasta la afectación de la estabilidad política, los impactos del uso malicioso de las tecnologías pueden ser devastadores. La interferencia digital no solo puede distorsionar la percepción pública y minar la legitimidad de los ganadores, sino que también es capaz de generar un clima de incertidumbre que perdura más allá de la jornada electoral. Estos delitos buscan socavar la confianza en el proceso democrático, promover campañas de odio y desacreditar tanto a las entidades públicas como a candidatos.

Voto electrónico

El voto electrónico, es otra de las preocupaciones para el próximo proceso electoral, casos previos, como lo sucedido en Ecuador que vio vulnerada la plataforma que serviría para consignar el voto de los ecuatorianos en el exterior, confirman que esta forma de sufragio no está exenta de riesgos. México, por lo tanto, al explorar esta vía, debe aprender de las experiencias internacionales para fortalecer sus sistemas de protección y garantizar la democracia.

Con la proliferación de desinformación y estafas digitales, es esencial educar al electorado sobre los riesgos asociados a las campañas de manipulación y desinformación. La ciudadanía debe estar alerta y capacitada para discernir información verídica de intentos maliciosos que buscan influir en su toma de decisiones. Cabe recalcar que, el objetivo principal de los ataques a los sistemas democráticos de elección no es necesariamente promover candidatos específicos, sino debilitar el propio sistema democrático.

“Así como la tecnología se erige como pilar fundamental para que las personas accedan a su derecho al voto, también es importante destacar que se deben plantear medidas que promuevan la seguridad y resguardo de cada voto emitido. Mantener elecciones justas y democráticas, donde se respete el derecho de todos los ciudadanos, radica en la preservación de la integridad del proceso electoral. Por lo tanto, la ciberseguridad se erige como el pilar fundamental para asegurar que cada voto cuente y que el proceso democrático en el mundo perdure sin amenazas cibernética,” agregaron desde Noventiq.

 

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