Las emisiones de dióxido de carbono han ido en aumento de la mano del crecimiento industrial; de acuerdo con la Iniciativa Climática de México, en el país podrían aumentar hasta un 59.6% para el año 2050. En este escenario, prácticas como la descarbonización de diferentes sectores económicos, se han propuesto como una solución clave ante el cambio climático.
Este proceso se refiere a la reducción paulatina de las emisiones de carbono con la meta de llegar a emisiones cero neto. En particular, se ha visto impulsado por la agenda 2030, ya que la reducción de emisiones es una de las formas más directas de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Además de la meta principal enmarcada en el cuidado del medio ambiente, la decisión de impulsar la sostenibilidad y la descarbonización en la industria se ha resultado atractiva por sus beneficios económicos, entre los que destacan: el acceso a capital, la integración a nuevos mercados y el acceso a recursos.
Acceso a capital
El acceso a capital se ha convertido en uno de los atractivos principales para adoptar procesos de descarbonización por parte de los negocios con planes de crecimiento. Actualmente, los bancos y fondos de inversión tienen múltiples compromisos con el medio ambiente, por lo que, para acceder a un crédito, los solicitantes deben cumplir con ciertos criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). Por ejemplo, las entidades financieras buscan evaluar que las empresas no tengan niveles altos de emisiones de carbono y que tengan implementados sistemas de mitigación de su huella ambiental.
Esta tendencia ha impulsado la creación de compromisos por parte de los bancos mediante la Alianza Bancaria de Cero Emisiones Netas promovida por Naciones Unidas. En México, hay bancos tanto transnacionales como locales que se comprometen a que todas sus carteras de crédito y de inversión sean neutras en emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050 como fecha límite.
Integración a nuevos mercados
A nivel macroeconómico, la falta de medidas de descarbonización representa para las empresas una barrera de entrada a nuevos mercados o un costo adicional por mantenerse en los que participan. En Europa, por ejemplo, existen impuestos ambientales para empresas que no cumplen con los indicadores de emisiones dictados por la reglamentación.
A nivel mundial existen impuestos sobre emisiones de gases de efecto invernadero, el cual varía en función de la cantidad de emisiones, otros sobre el uso de agua, energía y residuos, que buscan que las empresas utilicen la menor cantidad de recursos naturales y gestionen la energía de forma eficiente y no dañina para el medio ambiente.
En México, las empresas se preparan para este proceso, ya que la posibilidad de que este tipo de regulaciones se implementen en países de Latinoamérica es cada vez más probable, debido a la creciente crisis hídrica por la que está pasando la región y los efectos evidentes del cambio climático como inundaciones, huracanes y sequías.
Acceso a recursos
El acceso a recursos naturales es un riesgo inminente para las industrias, debido a la creciente escasez. De acuerdo con el informe «El Agua en México, Actores, sectores y paradigmas», 12 millones de personas carecen de acceso a agua potable. Por lo tanto, las empresas deben buscar implementar sistemas sostenibles para evitar el riesgo de no poder operar ante la falta de recursos.
Empresas de soluciones medioambientales como Veolia buscan crear trajes a la medida, para la gestión de residuos, agua o energía, con el propósito de que las empresas puedan impulsar la descarbonización. Un ejemplo de estas herramientas es la valorización energética del biogás, que busca maximizar el aprovechamiento del este elemento procedente de residuos domésticos o industriales, para transformarlo en una fuente de energía local con bajas emisiones de carbono, reduciendo el impacto medioambiental de los rellenos sanitarios, recuperando el metano generado por los residuos.
La implementación de estrategias sostenibles en las operaciones ya no es solo estar en vanguardia, sino también estar prevenidos ante una evolución inevitable de los requerimientos que se les exigen a las empresas.