A medida que avanza el 2024, las empresas se enfrentan cada vez más a una encrucijada: la preservación del medioambiente y la optimización de experiencias que eleven los niveles de satisfacción de sus clientes. Ambos son pilares fundamentales para alcanzar el éxito y no pueden ser considerados uno sin el otro. Esta realidad requiere la implementación de enfoques estratégicos sustentables que eleven la competitividad y relevancia en un entorno empresarial en constante cambio.
Aunque la sostenibilidad está cambiando radicalmente el panorama de las empresas, particularmente en el sector B2B, y está abriendo oportunidades de crecimiento significativo, la realidad es que muy pocas organizaciones han logrado implementar iniciativas de economía circular, según Capgemini, solo el 18% de los directivos dicen haber invertido en iniciativas sostenibles y eso se debe a que muchos no saben por dónde comenzar.
El win-win –si es sustentable y competitivo– puede aplicarse integrando el pensamiento medioambiental en todos los aspectos de la producción. Las empresas pueden añadir beneficios medioambientales a sus productos y servicios para obtener ventajas externas, como el aumento de las ventas, una mayor fidelización de los clientes y la mejora de la imagen corporativa.
Transformación de la Demanda
De acuerdo con el Net-Zero Report, la producción tanto de hidrógeno como de biocombustibles se multiplicaría por más de diez entre 2021 y 2050, por lo que los volúmenes de producción de petróleo y gas serán entre 55% y 70% inferiores, cambiando por completo la demanda, exigiendo una sustitución de los productos actuales por alternativas con menos emisiones
La demanda actual de productos ecológicos crece más rápido que la oferta. De hecho, estudios revelan que una mayoría significativa de consumidores (79%) está cambiando sus preferencias de compra en función de la sostenibilidad. Esta demanda crea una mayor disposición a pagar: en algunos casos se observan incrementos sobre el precio de hasta el 30%
Lo anterior no solo beneficia a sectores como el retail o productores, datos de Simon-Kucher & Partners revelan que los negocios ligados a los alimentos y restaurantes también pueden verse beneficiados, pues, tanto los Millennials como la Generación Z están dispuestos a pagar aún más por la sostenibilidad: el 36% y 50% respectivamente pagarían más de un 20% de sobreprecio en establecimientos ecológicos.
Aprovechar las oportunidades
Las decisiones sostenibles incrementan las ventas. Transformar las emisiones se traduce en una ventaja competitiva que genera no solo un incremento de ventas, ampliación de la oferta comercial, pero también en una imagen corporativa comprometida con el cambio sustentable, lo que puede conducir a aumentar los ingresos a través de crear nuevos lazos de confianza marca-consumidor, que satisfagan los cambios en la demanda de productos y servicios más ecológicos.
Alcanzar el cero neto se convierte en una ventaja competitiva ideal para las empresas, pues se trata de convertir sus emisiones en impactos medioambientales positivos. Según McKinsey, las industrias que gestionan el carbono con soluciones basadas en la naturaleza o a través de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, tendrán un repunte exponencial, pues, demanda de los productos realizados a partir de fuentes de energía de bajas emisiones crecerá, ya que, la necesidad de energía en 2050 sería más del doble de la actual. De hecho, 58% de los usuarios consumirá definitivamente en un restaurante que implemente medidas que gestionen sus emisiones, de acuerdo conThe Global Sustainability Study.