La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) llevó a cabo un estudio de mercado sobre el costo de los alimentos típicos de la Cuaresma, encontrando los siguientes costos por kilo: camarón crudo desde 268.54 pesos hasta 365.23 pesos; camarón pacotilla desde 242.00 pesos hasta 284.65 pesos; surimi desde 134.00 pesos hasta 156.67 pesos; mojarra desde 105.67 pesos hasta 118.34 pesos; pulpo desde 255.00 pesos hasta 323.50 pesos; salmón desde 359.67 pesos hasta 421.24 pesos; sierra desde 165.50 pesos hasta 189.78 pesos; huachinango desde 245.00 pesos hasta 273.32 pesos; medallón de atún desde 245.33 pesos hasta 328.33 pesos; los primeros precios corresponden a los encontrados en el mercado o central de abastos y los segundos, a los que encontramos en los supermercados.

Así, surtir esos productos en el mercado o central de abastos podría llegar hasta los 2,020.71 pesos, lo que implica un aumento de 17.88 por ciento en comparación al año pasado cuando el costo era de 1,743.59 pesos, mientras que comprar la proteína de mar en el supermercado aumenta el ticket a 2,461.06 pesos, que significa un incremento de 20.26 por ciento respecto al año pasado, cuando lo mismo se compraba en 2,055.70 pesos.

“Este año la Semana Santa es tempranera, llega en los últimos días de marzo y con ella toda la liturgia de rituales eclesiásticos, incluso con temas de alimentación. En época cuaresmeña se prioriza el consumo de la proteína de mar (pescados y mariscos) y se comen menos las carnes rojas. La población se encuentra directamente con una realidad recurrente y fastidiosa propia de las condiciones del mercado actual, el encarecimiento de la vida expresado en los altos costos de los alimentos”, recalcó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.

Esta situación obliga a muchos hogares a buscar el plan B, preparar menús cuaresmeños que no incluyen la proteína de mar porque que no les alcanza para comprarla. Terminan por servirse en las mesas platos prácticamente vegetarianos, viéndose favorecida la ingesta de leguminosas como lentejas y habas y vegetales como tomate, cebolla, limón, aguacate y papa, que tampoco se libran de los efectos de la inflación alimentaria que nos flagela.

Respecto a las leguminosas y vegetales más socorridos los costos por kilo van de: lentejas 37.23 pesos, habas 108.43 pesos, aguacate 53.62 pesos, papa 38.61 pesos, tomate 46.44 pesos, cebolla 53.12 pesos y limón 34.10 pesos. En promedio, la variación respecto a los costos del año pasado es de 45.88 por ciento; sin embargo, destaca que el tomate y la cebolla son los productos con mayor alza de precio, el primero con incremento de 84.14 por ciento y la segunda 156.99 por ciento.

“En esta cuaresma, indudablemente, los consumidores mexicanos que así lo quieran buscarán asirse al mundo de la fe. En estos tiempos postCOVID buscamos la manera de robustecer nuestra existencia ante la fragilidad de nuestro deambular en estas tierras”, comentó Rivera.

Este es el escenario de la vigilia de este año. Con todo ello, esta época es para reflexionar sobre nuestras vidas, inspirados en la pasión de Cristo que vivió el viacrucis de su crucifixión, levantándose estoico de tres caídas que anunciaban su desfallecimiento, demostrando su fuerza y su entrega total para lograr que la humanidad pudiera vivir dentro de los valores de humildad y generosidad. La enseñanza de todo esto, que perdura hasta nuestros días, es que ante la adversidad debemos ser capaces de levantarnos, derrotar la enfermedad y lograr una mejor calidad de vida para nuestras familias.

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