Los temas tabúes, hoy no aplican, la conversación es clave para disminuir riesgos emocionales, gestionar una planeación financiera óptima y evitar desafortunadas decisiones. De ahí que J. García López propone abordar abiertamente asuntos como la planeación financiera, previsión funeraria y cómo deseamos nuestra despedida; lo que permitirá dejar por detrás la incomodidad e incertidumbre.
“Tener la apertura de abordar desde la transparencia situaciones inesperadas que tarde o temprano enfrentaremos, como lo es una pérdida, brinda la oportunidad de aceptar de mejor manera la realidad y mitigar afectaciones”, comenta Manuel Ramírez, director de J. García López. “No importa la etapa de la vida en que nos encontremos, tenemos que reflexionar sobre lo que queremos en nuestra despedida; siendo aún más importante como se cubrirá el gasto sin afectar a otros”.
Con el propósito de tener un futuro sin sobresaltos, es recomendable llevar unas finanzas ordenadas, fijando metas que abarquen diversos aspectos de la vida incluyendo la previsión funeraria.
Una cultura directa y franca sobre la muerte facilitará la conciencia sobre la responsabilidad unipersonal de planear este evento final con empatía y lleno de sentido para nuestras familias. Cuando conversamos se acepta de mejor manera la una realidad a la que tarde o temprano llegaremos; pasando a charlas prácticas sobre previsión, tramites, costos e información valiosa sobre nuestras decisiones.
“Aunque hablar de la muerte es duro, sumar los planes funerarios desde un modelo de previsión da certeza en la planificación y garantiza la gestión de los recursos, así como el asegurar que se cumplan con los últimos deseos. Y no dejar que los demás decidan por ti”, señala Ramírez.
Hablar del tema es un acto de amor y responsabilidad ya que reduce la carga a nuestras familias; aunado a que nos permite tomar decisiones informadas sobre planes funerarios a futuro.
Para determinar la mejor opción se recomienda:
Fijar un tiempo y plazo para cubrir el concepto de servicios funerarios.
Evaluar opciones y costos, los cuales deben de incluir los trámites gubernamentales.
Informar a familiares la existencia de un plan funerario a futuro.
Seguimiento a los planes de previsión contratados con el propósito de ampliar cobertura, o ajustar nuestros requerimientos.
Datos oficiales señalan que la población adulta de 30 a 59 años representa el 38% de la población del país, mientras que mayores de 60 son el12%; siendo la mitad de la población. Donde sólo el 7% de los mexicanos cuenta con un plan funerario, lo que resalta la necesidad de abordar el tema, actuar y decidir cómo queremos nuestro homenaje.