“Rumbo al #8M nos parece importante hablar sobre las necesidades, oportunidades y retos de las organizaciones que trabajan en favor de los derechos humanos de las mujeres. Queremos reconocer la relevancia de fortalecer a estas agrupaciones con otro tipo recursos más allá de los económicos y que incluye invertir en sus capacidades internas e institucionales, brindar apoyo en la construcción de alianzas y liderazgos feministas, facilitar el acceso a espacios donde sus voces puedan ser escuchadas y, sobre todo, desarrollar relaciones basadas en la confianza”. Con estas palabras dio inicio Jennifer Zehner, co-directora de Alternativas y Capacidades, al conversatorio virtual Más allá del financiamiento.
El espacio contó con la participación de Paola Zamora, oficial de gestión operativa en Fondo Semillas, Eugenia Paez, coordinadora regional de América Latina y el Caribe en WINGS, y Palmira Camargo, vicepresidenta de comunicación CGA de Essity, quienes reflexionaron sobre la importancia de fortalecer las habilidades de aquellas agrupaciones dedicadas a la procuración y promoción de los derechos de las mujeres con el fin de volver sostenible sus actividades a lo largo del tiempo.
Eugenia Paez contó sobre la existencia de diversas restricciones que enfrentan organizaciones, colectivos, activistas y grupos de mujeres para el desarrollo de su labor. “Existen todavía muchas brechas para movimientos, organizaciones y agrupaciones feministas o que trabajan por los derechos de mujeres, niñas o poblaciones LGBTTIQA+. La primera tiene que ver con el entorno habilitante para que pueda operar y ser sostenible la sociedad civil en la región. La segunda de ellas tiene que ver con que el género no es un tema prioritario para la filantropía”, detalló.
Las ponentes destacaron que ante este contexto es necesario formular iniciativas de fortalecimiento de capacidades como son los programas de gestión de proyectos, monitoreo y evaluación, comunicación efectiva y estrategias de financiamiento para aprovechar de manera más efectiva sus recursos humanos y materiales y contribuyan a elevar el alcance de sus acciones.
A propósito, Paola Zamora comentó que “el tema de la confianza y el generar espacios de apoyo nos ha permitido hacer un trabajo distinto: uno donde las relaciones son más largas, los resultados de las organizaciones están centrados en los desafíos que enfrentan y en el que han encontrado espacios de articulación. Todo ello ha sido resultado de este recurso y de las oportunidades que les hemos acercado con los temas de fortalecimiento.”
Palmira Camargo compartió como ejemplo un programa de fortalecimiento institucional, de la mano de Alternativas y Capacidades, lanzado el año pasado a 20 organizaciones que trabajan en favor de los derechos de la mujer, niñas y adolescentes. El resultado de estos esfuerzos es un ecosistema de acompañamiento colaborativo y transparente con el fin de impulsar su trabajo. Afirmó que “es importante ayudar a las agrupaciones con apoyos que van más allá del financiamiento, esto es a través de capacitaciones: ¿cómo las podemos apoyar a atravesar estas brechas para construir un ecosistema de organizaciones mucho más fuerte?”.
Al cierre, las participantes concluyeron que para cambiar la realidad que atraviesa el sector social, principalmente los activismos centrados en la justicia de género, es fundamental el trabajo coordinado y colectivo de distintos actores. “La transformación de la filantropía no sucede de un día a otro y requiere de mucho diálogo,” concluyó Eugenia Paez.