La Ciudad de México, al ser una de las urbes más grandes del mundo, enfrenta desafíos significativos en cuanto a la contaminación electromagnética. Con una densa población e infraestructura tecnológica en constante expansión, la capital mexicana está rodeada de dispositivos que emiten campos electromagnéticos (CEM) y radiación no ionizante (RNI) que ha dado lugar a la contaminación electromagnética o electrosmog, una preocupación cada vez más relevante en la sociedad moderna.
De acuerdo con Gabriela Mercado, Gerente de Consultoría de TES America, cuando se vive en un área densamente poblada como lo es la Ciudad de México, donde hay una cantidad importante de antenas de telecomunicaciones y el uso generalizado de dispositivos móviles y redes Wi-Fi, la ciudad se ve envuelta en una nube invisible de radiación electromagnética.
Esta acumulación de electrosmog plantea preocupaciones sobre los posibles impactos en la salud de sus habitantes, lo que subraya la necesidad de medidas adecuadas de monitoreo y regulación para garantizar un entorno urbano más seguro y saludable.
Se identifica que una de las áreas con niveles altos de campos electromagnéticos en la ciudad, se encuentra ubicada en los alrededores de Plaza de las Antenas, alcaldía Iztapalapa, esta es una de las zonas de riesgo ya que el mapa de calor presenta valores altos en áreas residenciales, comerciales y recreativas, lo que podría tener efectos adversos en la salud de la población circundante.
Puntualizando, la Gerente de Consultoría de TES America advierte sobre estos posibles efectos adversos a corto plazo de la exposición a la contaminación electromagnética, los cuales incluyen alteraciones del sueño y efectos térmicos en los tejidos humanos, “si bien los efectos a largo plazo aún están siendo investigados, es importante tomar medidas preventivas para proteger la salud pública”.
En un esfuerzo por abordar las preocupaciones sobre la contaminación de los campos electromagnéticos (CEM) en entornos urbanos, en 1999 se fundó TES America, una empresa que tiene como objetivo brindar un apoyo estratégico en la planeación, asignación, optimización y control del espectro radioeléctrico para ofrecer servicios y soluciones contra la problemática que ha aumentado en los últimos años.
Actualmente, la regulación de la contaminación electromagnética en México es incipiente, y se requiere un mayor esfuerzo por parte de las autoridades para desarrollar normativas y protocolos de monitoreo efectivos, en promedio México está con 10 años de retraso a comparación de otros países de América Latina, en palabras de Gabriela.
En este sentido, TES America recomienda realizar mediciones periódicas de los campos electromagnéticos y establecer sistemas de monitoreo continuo para evaluar los niveles de CEM. Además, se insiste a las autoridades a desarrollar regulaciones más estrictas para controlar la emisión de contaminantes electromagnéticos y proteger a la población.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, OMS, los campos electromagnéticos de todas las frecuencias representan una de las influencias más comunes y de rápido crecimiento. Ahora, todas las poblaciones están expuestas a diferentes grados de EMF, y los niveles continuarán aumentando a medida que avanza la tecnología.
El Distintivo Espacio Seguro se fundamenta en el principio de precaución recomendado por la OMS. Este principio establece la necesidad de adoptar medidas preventivas ante situaciones de incertidumbre respecto a posibles riesgos para la salud.
El Distintivo Espacio Seguro garantiza un enfoque proactivo hacia la protección de la población contra los posibles efectos adversos de la radiación electromagnética.
El último sello otorgado por el Distintivo Espacio seguro fue a finales del 2023, para la colonia Noche Buena, ubicada en la Alcaldía Benito Juárez, que cuenta con más de 7,000 residentes y trabajadores, con información de MarketDataMéxico. En la zona se detectaron fuentes emisoras de Radiación no Ionizante de servicios de telecomunicaciones. Se realizaron más de 900 mediciones que no superaron los niveles considerados seguros por la ICNIRP.