El pasado viernes 15 de marzo se llevó a cabo, en la Ciudad de México, el primer taller de país sobre las “Medidas comerciales vinculadas al cambio climático”, organizado por la European Roundtable on Climate Change and Sustainable Transition (ERCST) e Iniciativa Climática de México (ICM).
En la sesión inaugural, Jorge Villarreal, director de Política Climática de ICM, en representación de Adrián Fernández, director ejecutivo de ICM, señaló que –para México– participar en las discusiones iniciales de los Carbon Border Adjustment Mechanisms (CBAM, por sus siglas en inglés), hoy puestos en marcha en Europa, pero que en el futuro serán usados también por Estados Unidos, es una muy buena oportunidad para entender este mecanismo y para que el país se anticipe para posicionarse estratégicamente en estos nuevos estándares internacionales.
Andrei Marcu, director ejecutivo de la ERCST, señaló que el tema del vínculo entre el comercio y el cambio climático afectará la agenda internacional de manera creciente, ya que estamos en un proceso en el que se manifestará de manera más visible el uso de la política comercial en diferentes países para empujar políticas climáticas más ambiciosas, y esto no estará libre de controversia.
Por su parte, Michael Mehling asesor de ERCST, indicó que tras la firma del Acuerdo de París, se acordó que cada país se moviera a su propia velocidad en el tema de los regímenes de cambio climático y las medidas unilaterales del comercio. “La Unión Europea se está moviendo más rápido, y son los pioneros de los CBAM, lo que está generando preocupaciones en otros países. Estados Unidos también está trabajando en este sentido. Es decir, generando legislación para poner tarifas a las importaciones por temas relacionados con el cambio climático o medidas ambientales para proveedores. Lo mismo está sucediendo en otros países como Reino Unido, Canadá, Japón, Taiwán y Australia”, indicó.
Aaron Cosbey resaltó que el objetivo del proyecto de la ERCST es analizar cómo las diferentes medidas comerciales vinculadas al clima pueden afectar la ambición climática en los países exportadores. “El tema aquí es que estas medidas se pueden diseñar de tal forma que se adecúen a las posibilidades y tecnologías de los países en desarrollo. Las medidas comerciales pueden ser efectivas para aumentar la ambición climática.”
Posteriormente, tuvo lugar la mesa de política climática en México, que estuvo integrada por José Ramón Ardavín de Cespedes; Paulina Terrazas de Deacero, Carlos Medina, director de sostenibilidad de Cemex, así como Juan Carlos Arredondo de McKinsey. La mesa estuvo moderada por Mariana Gutiérrez de ICM.
Juan Carlos Arredondo de McKinsey señaló que la discusión de las medidas comerciales vinculadas al cambio climático está siendo abordadas también por los países en desarrollo, y puede ser una herramienta importante para México a nivel federal y estatal. También manifestó que el tema está relacionado con los compromisos de las empresas con respecto a sus metas de mitigación y señaló que existen 8 mil empresas en el mundo que hoy en día tienen metas vinculadas al cambio climático y basadas en ciencia, abriendo la participación de algunos ejemplos del sector privado mexicano que están realizando este tipo de esfuerzos como son Grupo DEACERO y Cemex.
José Ramón Ardavín, director ejecutivo de la Comisión de Estudios del Sector Privado para el Desarrollo Sustentable (Cespedes), dijo que es necesario tener una política federal coordinada para que el sector privado pueda cumplir las metas de cambio climático, es necesario fomentar la inversión y que las políticas estén armonizadas, en lugar de sobre regular el tema o de tener diferentes políticas locales.
Más adelante, se realizó una mesa en la que se presentaron las diferentes metodologías existentes con relación a la puesta en marcha de mecanismos arancelarios climáticos. Michael Mehling y Aaron Cosbey presentaron los cuatro métodos o metodologías existentes, hasta el momento, para establecer mecanismos arancelarios climáticos en el comercio internacional. Señalaron que estos mecanismos pueden tomar en cuenta la intensidad de uso de carbono en la producción, la intensidad de emisiones de gases de efecto invernadero, así como otros métodos que valoran o evalúan el nivel de ambición de la política pública en los países productores.
Subrayaron la importancia de que, independientemente de cuál metodología se ponga en marcha, debe tomarse en cuenta el nivel de desarrollo de los países productores. Estas metodologías pueden ser generalizadas o aplicarse para ciertos sectores, o también puede ponerse en marcha un modelo híbrido, adaptando y tomando partes de las distintas metodologías acorde a la realidad de cada país o región.
Finalmente, Carlos Muñoz del World Resources Institute (WRI) señaló que la metodología que reconoce la intensidad de emisiones de carbono es una muy buena opción para este tipo de medidas de comercio internacional, ya que toma en cuenta ventajas comparativas que ya están en marcha en los países. “La intensidad de carbono reconoce el esfuerzo institucional y regulatorios”. Sin embargo, también señaló que los regímenes comerciales podrían ser sectoriales o regionales, y no necesariamente nacionales, y puso el ejemplo virtuoso de la exportación agrícola en México; la ventaja comparativa de ese sector en el país, así como la capacidad de adaptarse y replicarse entre las diferentes empresas que han invertido para lograr sus metas climáticas.