Históricamente, el cuidado de niñas y niños ha estado ligado a la mujer. En México las mujeres destinan 2.5 veces más horas al trabajo del hogar y de cuidado que los hombres, situación que abre brechas en la equidad, de acuerdo con datos proporcionados por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Con este hecho dio inicio la ponencia “Empresas que cuidan, un llamado a la inclusión”, impartida por Francesca Romita, Oficial Nacional de Responsabilidad Social Corporativa de UNICEF México; ponencia que forma parte de la serie “Charlas por la Inclusión”, que se impartirán a lo largo de 2024 por iniciativa de la Dirección de Responsabilidad Social de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), liderada por Verónica Mendoza.
La funcionaria de UNICEF habló sobre la importancia para los países de la contribución económica generada por la participación laboral de la mujer. Informó que, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), se estima que para el 2030 el PIB de México podría ser 15% mayor en 2030 que en 2020 si el gobierno y el sector privado implementan acciones para sumar a 8.2 millones de mujeres a la economía en los próximos años.
“En México la participación laboral de las mujeres se ubicó en 45% en 2019 y hay una brecha de 32% si se compara con la tasa de participación de hombres, que se ubicó en 77%. Esto coloca a la nación en las últimas posiciones dentro de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).”
Necesaria la integración masculina
Francesca Romita expuso que la barrera más importante que explica esta baja participación son las responsabilidades de las mujeres en el hogar y en el cuidado de niños, adolescentes, adultos mayores, y la falta de confianza en los servicios de cuidado infantil y oferta de ellos, las cuales determinan la decisión de la mujer de trabajar fuera de casa o no. “Integrar a la participación masculina en el cuidado familiar es un punto clave para fomentar una mayor equidad de género y fortalecer los derechos laborales de las mujeres.”
Por este motivo, UNICEF trabaja con el sector privado para impulsar políticas orientadas a la equidad y bienestar de las familias en el lugar de trabajo, así como prácticas que fortalezcan el ejercicio de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. “Financiar la inclusión de las mujeres no es sólo una cuestión de justicia social, sino que es una estrategia esencial para el desarrollo económico y el progreso de nuestras sociedades en todos los países”, puntualizó Francesca Romita.
Asimismo, las políticas que ayuden a equilibrar e integrar la vida laboral y familiar benefician a las propias empresas, ya que contribuyen a incrementar la productividad de los colaboradores, mejorar el reclutamiento y retención de talento; fomentar el orgullo de pertenencia, lealtad y compromiso; aumentar el valor de las compañías e impactar directamente en la igualdad de género dentro de las organizaciones.
Esas políticas son cinco: licencias parentales (paternidad y maternidad) remuneradas, lactancia en el trabajo, centros de atención infantil, apoyos adicionales al trabajo y fomento a la crianza positiva.
Francesca Romita explicó que las licencias parentales (maternidad y paternidad) brindan tiempo para cuidar y crear vínculos con los bebés; establecer rutinas para la alimentación y el cuidado, y atender sus necesidades médicas, a la vez que proporcionan a las madres tiempo para recuperarse físicamente del proceso de parto.
“Estas licencias de paternidad y maternidad deben durar el tiempo suficiente para garantizar el acceso a toda la atención preventiva y un cuidado infantil de alta calidad, por lo que deberían ser de al menos 6 meses. En México estamos hablando de 3 meses para la mujer y un permiso de paternidad de 5 días para los hombres, que nunca serán suficientes para crear vínculos con el bebé.”
La funcionaria de UNICEF explicó que las licencias de maternidad y paternidad promueven una igualdad de género sustantiva. “La inclusión de los padres en los cuidados del recién nacido puede contribuir a una distribución más justa de las labores en el hogar. Necesitamos romper con el estereotipo de que el hombre es proveedor y no cuidador.”
Impulso a la lactancia materna
En cuanto a la lactancia materna, Francesca Romita expuso que la Ley Federal del Trabajo protege y promueve la lactancia en el ámbito laboral. “La mejor manera de apoyar esto es proporcionar al menos seis meses de licencia por maternidad remunerada. La recomendación de UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que los bebés puedan ser amamantados hasta los 6 meses de forma exclusiva.”
De allí la importancia de que las empresas cuenten con salas de lactancia dignas e higiénicas. En la Ley está estipulado que se deben otorgar 2 reposos al día de 30 minutos para la alimentación o extracción en lugar adecuado o la reducción de la jornada laboral por 1 hora durante 6 meses. “Si bien esto es lo mínimo que marca la Ley, la recomendación es que la madre y no el empleador determine cuándo debe tomar estos descansos, porque no todas las mamás van a tener las mismas necesidades.”
UNICEF también busca garantizar que las empresas cuenten con centros de atención infantil, donde se brinden servicios de cuidado y educación para la primera infancia, accesibles y de calidad. “Cuando mamás o papás tienen resuelto el cuidado de sus hijos, se pueden enfocar totalmente en su trabajo, con mayor productividad y eficiencia, lo que también contribuye a una menor rotación de personal.”
Entre las políticas que UNICEF propone que las empresas implementen para asegurar el bienestar familiar están los apoyos adicionales al salario, “porque un monto adicional hacia la infancia reduce la pobreza y mejora el bienestar de las familias y sus hijos, así como resultados de salud, nutrición y educación.”
Como recomendación final, Francesca Romita puntualizó en la necesidad de romper con estereotipos para reducir la brecha de género tan grande que hay en México. Enfatizó en la necesidad de que las empresas consideren al bienestar y productividad de sus colaboradores en sus análisis de costo-beneficio de políticas, incentiven la participación de los hombres en el cuidado familiar y la creación de ambientes libres de discriminación. “La inclusión de las mujeres en todos los aspectos de la vida económica y social es el camino hacia un futuro más próspero y equitativo para todas y todos”, concluyó.