Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, las innovaciones en sistemas de riego tienen el potencial de reducir el consumo de agua hasta en un 70%.

La eficiencia en el uso del agua en la agricultura resulta crucial para la seguridad alimentaria a nivel global.

En México, el manejo del agua está en una encrucijada crítica. Anualmente, se usa cerca del 40% del suministro de agua, un 20% a 30% más de lo recomendado por el Instituto Mundial de los Recursos (WRI) para mantener un equilibrio hídrico. Esta sobreexplotación ha dejado al país vulnerable.

“Las proyecciones de todos los modelos climáticos coinciden y confirman una inminente crisis hídrica mundial y por eso es esencial actuar con rapidez para suavizar las consecuencias adversas de la sequía que se avecina, tanto en la economía como en la sociedad”, dice Jairo Trad, CEO y co fundador de Kilimo, una Climate Tech latinoamericana.

La escasez de agua tiene un enorme impacto en la producción de alimentos. Sin agua, no hay agricultura y, por lo tanto, alimentos para una población en rápido crecimiento.  Paradójicamente, en México, la agricultura y ganadería representan casi el 76% del consumo anual de agua, y más de la mitad del líquido se pierde por falta de tecnificación en el riego o fallas, convirtiéndose en uno de los sectores con mayores oportunidades de eficiencia hídrica.

Actualmente, la incorporación de tecnología en la agricultura se vuelve imprescindible. Según Sader, las innovaciones en sistemas de riego tienen el potencial de optimizar ell consumo de agua hasta en un 70%. “Esta eficiencia resulta crucial por el papel fundamental que desempeña la agricultura en la seguridad alimentaria a nivel global”, afirma Jairo.

De acuerdo con los expertos en agricultura sustentable, la modernización del riego, a través de tecnología y software específico, es un camino prometedor que se presenta como una alternativa a la crisis hídrica en México. Junto con el monitoreo de riego y la agricultura regenerativa, la conversión de riego puede marcar una diferencia significativa en cómo usamos el agua.

La conversión de riego se refiere al uso de tecnología y sistemas automatizados para optimizar el proceso de riego en la agricultura. Algunos ejemplos de tecnologías utilizadas en la tecnificación del riego incluyen sensores de humedad del suelo, sistemas de riego por goteo y aspersión automatizados, controladores de riego basados en datos meteorológicos, y software de gestión agrícola que ayuda a monitorear y controlar el riego de manera remota.

Acción colectiva: la herramienta más poderosa para afrontar la crisis del agua

La sequía está teniendo un fuerte impacto en el campo mexicano, y los productores se enfrentan a una situación que supera con creces las épocas pasadas. No obstante, la mejora en el uso y cuidado del agua demanda una visión colectiva y colaborativa.

Para abordar eficazmente la crisis de la sequía en el campo mexicano, es crucial promover una visión colectiva que una los esfuerzos de las empresas privadas y la aplicación de tecnologías innovadoras con los productores agrícolas que estén dispuestos a adoptar prácticas sostenibles.

Kilimo, como impulsor de proyectos de acción colectiva, desempeña un papel fundamental en esto y se ha vuelto un referente en el pago de servicios ecosistémicos que recompensan el cuidado del agua cuando se logran eficiencias.

Al incentivar económicamente a los productores que implementan medidas para el uso más eficiente del agua, se crea un ciclo virtuoso donde la preservación de este recurso vital se convierte en un objetivo compartido y rentable para todos los involucrados

“Entendemos que sin acción colectiva no hay solución, de hecho, el consenso mundial de los especialistas que hablan sobre los desafíos del agua subrayan la Acción Colectiva como la herramienta más potente para crear verdadero impacto”, dice Jairo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *