- UNICEF: 4 de cada 10 estudiantes menstruantes no asisten a la escuela
- En México, el 28% de las escuelas no cuentan con servicios de agua de forma diaria
Es lamentable observar que en el marco de las elecciones federales, estatales y municipales en México, ningún o ninguna candidata hace un llamado a crear políticas que permitan a niñas, adolescentes y jóvenes ir a la escuela durante su periodo menstrual y que existan condiciones de higiene y educación adecuadas para que se evite el ausentismo que afecta directamente su aprendizaje.
La Secretaría de Salud federal indica que el 43 por ciento de niñas y adolescentes en México prefieren quedarse en casa que ir a la escuela durante su periodo menstrual, por lo que muchas de ellas es posible que dejen de asistir a clases e interrumpan su aprendizaje, lo que hará que disminuya su participación activa en la sociedad y genere desigualdad.
Por ello, se presentó el libro Menstruar en la Escuela realizado por la organización civil “Mexicanos Primero” en colaboración con Fundación Femmex y Aprender Primero, dicha publicación expone las dificultades que tienen las personas menstruantes jóvenes para poder permanecer en la escuela, pues es evidente la falta de productos como toallas, tampones o copas, baños muy sucios y sin agua corriente, así como el inadecuado manejo sobre el tema en los materiales escolares. Todo esto propicia tabúes y estigmas en este proceso natural de las féminas, que les convierte en blanco de agresiones y bulliyng en los planteles escolares.
Se detalla que las dos candidatas a la Presidencia del país, principalmente, deben ser empáticas y pensar que lo que ellas mismas vivieron o vieron en sus escuelas no puede seguir sucediendo, porque a pesar de los avances en la legislación nacional, y la inclusión del tema en los libros de texto sobre la menstruación, está muy asentada la pobreza menstrual que se refiere a las necesidades básicas para una menstruación digna; un tema que no está estudiado y apenas se habla de él en todo el país.
Una encuesta de UNICEF señala que 4 de cada 10 estudiantes que atraviesan por su periodo menstrual no están en la escuela, al menos durante uno o dos días cada mes. Esta situación ocasiona rezago educativo que puede desencadenar en abandono escolar. El 20 por ciento alguna vez ha faltado a la escuela o dejó de tomar clases virtuales por tener la menstruación, 30 por ciento usa papel higiénico en lugar de toallas, 66 por ciento piensa que los baños de su escuela están sucios y 73 por ciento se lava las manos sin jabón.
El tema no es cosa menor, pues de acuerdo con el censo de población (INEGI) que se realizó en 2020, del total de la población en México que es de 126 millones de personas, 34.2 por ciento son mujeres en edad reproductiva (10 a 54 años), y de ellas, 18.2 millones son niñas y adolescentes.
Y lo básico para atender las necesidades de las estudiantes en las escuelas no está garantizado; de acuerdo con datos de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), el 23.6 por ciento del total de escuelas en el país no tienen agua potable (es decir más de 56 mil escuelas), 5,946 escuelas no tiene baños, y las escuelas que sí tienen sanitarios en los servicios comunitarios son mixtos.
Artemisa Belmonte, secretaria general de Fundación Femmex aseguró que la adecuada gestión de la menstruación está estrechamente ligada a que las niñas y adolescentes asistan a la escuela y aprendan y participen en ella. “Está documentado que el miedo a manchar su ropa, la prevalencia de estigmas y tabúes, la carencia de insumos y la falta de instalaciones adecuadas y agua, son razones por las que las niñas dejan de asistir a la escuela y esto aumenta el riesgo de abandonarla”.
No debe olvidarse que en México, la educación sobre una adecuada menstruación es muy corta, pues la Encuesta Nacional sobre Gestión Menstrual realizada en 2022, en México, señala que casi 7 de cada 10 adolescentes tenía poca o nada de información cuando le llegó su primer período y su madre fue su primera fuente de información, seguida por internet o redes sociales.
Por ello, en México resalta la importancia de brindar herramientas e información adecuadas para que las niñas, adolescentes y personas que menstrúan puedan vivirla de una manera sana y digna, así como contribuir en la construcción de entornos libres de acoso y discriminación.
Por su parte, Begoña Suárez, coordinadora de Judicialización en Aprender Primero, explicó que a pesar de que 15 estados modificaron sus leyes para visibilizar la menstruación y existe mayor claridad del tema en los libros de texto gratuito, todavía es insuficiente porque en 17 estados no hay ninguna mención y siguen existiendo carencias respecto a insumos, baños y agua corriente en las escuelas.
“El hecho de incluir el tema de educación menstrual en las leyes de educación implica visibilizar una problemática que por mucho tiempo pasó desapercibida; reconocemos el avance en los libros de texto que son cada vez más completos, adecuados y oportunos. Sin embargo, solo podemos hablar de una menstruación digna cuando exista educación en la materia y que todas las escuelas cuenten con espacios sanitarios adecuados, agua corriente e insumos de gestión menstrual gratuitos”, explicó.
No debe olvidarse que UNICEF México, la empresa Essity y la organización colectiva Menstruación Digna México, realizaron la Encuesta Nacional sobre Gestión Menstrual, entre sus resultados destaca que un 69 por ciento de las adolescentes, mujeres y personas menstruantes encuestadas tenía poca o nada de información cuando les llegó su primer periodo.
7 de cada 10 señalaron que su madre fue la primera persona con quien hablaron de menstruación, citando a internet o las redes sociales como la segunda fuente de información. Además que cerca de 20 por ciento de las encuestadas que estudiaban o trabajaban no contaban con la infraestructura necesaria para la gestión menstrual en sus escuelas, oficinas u hogares.
Otros datos relevantes, señalan que 56 por ciento de las encuestadas refirieron que su escuela o lugar de trabajo no proveía gratuitamente los productos de gestión menstrual.
Para realizarla se consultaron a 3 mil personas que menstrúan o menstruaron alguna vez en su vida, provenientes de todo México, con particular atención en Aguascalientes, Michoacán, Oaxaca, Puebla y Tamaulipas.
La mayoría de las participantes se identificaron como mujeres, pero también respondieron personas trans. Se recolectaron datos de la población de entre de entre 12 y 79 años, integrantes de la comunidad LGBTIQ+, afrodescendiente e indígena.
Por ello, Patricia Vázquez del Mercado, presidenta Ejecutiva de Mexicanos Primero hizo un llamado las candidatas Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y al candidato Jorge Álvarez Máynez a crear políticas y buscar caminos que protejan a las niñas, adolescentes y jóvenes durante su periodo menstrual y se ofrezca la suficiente información, legislación y condiciones materiales para que nunca, ninguna mujer, vuelva a sentir vergüenza, sea agredida o no ejerza su derecho a estar en la escuela durante su periodo menstrual.
Debido a esta realidad, es indispensable que las personas menstruantes tengan la información adecuada de este proceso natural, así como tener a su alcance todos los materiales para atender su periodo menstrual.
Un ejemplo del atraso social en este tema en México, señala Encuesta Nacional de Gestión Menstrual son los existentes tabúes que afectan a las personas menstruantes. La mayoría de ellas dijeron que se sienten mucho más cómodas hablando del tema con familiares, profesoras, jefas y amigas mujeres que con los hombres a su alrededor.
Entre sus sentires se encontró que la menstruación las hace sentir más cansadas, a veces enojadas y en desventaja frente a los hombres, pero también, que les permite estar pendientes de su cuerpo y que un ciclo regular es signo de buena salud.
Un ejemplo de la falta de cultura de este proceso natural del cuerpo femenino es que 37 por ciento de las feminas cree que es mejor comprar toallas sanitarias sin ser vistas. Esto probablemente se relaciona a que muchas han vivido situaciones desagradables como ser sujetas de burlas o bullying los días que menstrúan, recibir comentarios desagradables de gente en la calle o de sus propios familiares. 6 por ciento contaron haber experimentado acciones violentas como maltrato o rechazo en lugares públicos por la misma razón. La mayoría (60 por ciento) cree que esto se debe a la ignorancia y falta de información sobre el tema.
Cabe recordar que UNICEF México desarrolló en 2020 los Manuales sobre Salud e Higiene Menstrual dirigidos tanto a estudiantes como a personas facilitadoras dentro del entorno escolar. Estos manuales han sido un insumo importante para promover el acceso a una educación menstrual con base científica y libre de tabús, como parte de lo establecido por la Ley de Menstruación Digna.
Otra acción en conjunto entre instancias oficiales como privadas es OKY, una app desarrollada para niñas y adolescentes entre 10 y 19 años, cuyo objetivo es brindarles información pertinente sobre la higiene menstrual y sus periodos, que corre a cargo de UNICEF y Essity.
PADRES Y MADRES DE FAMILIA NO HABLAN DE MENSTRUACIÓN CON SUS HIJAS: INEGI
El INEGI señala que en México, sólo 5 por ciento de los niños y adolescentes tiene conocimientos precisos sobre la menstruación, lo que los limita a entender los retos que enfrentan las niñas y adolescentes durante su periodo. Aunado a que sólo el 5 por ciento de los padres hablan con sus hijas de menstruación; incluso, los médicos sólo inciden 7 por ciento en niñas y mujeres adolescentes.
ENORME LA FALTA DE INFRAESTRUCTURA ESCOLAR ANTE LA MENSTRUACIÓN
La Constitución mexicana, así como diversos tratados internacionales ratificados por México, reconoce el derecho a la educación. Establece que ésta deberá ser, entre otras cosas, universal e inclusiva. La falta de perspectiva menstrual y tratamiento de la menstruación provoca que las niñas y adolescentes dejen de asistir a la escuela.
En México, el 28 por ciento de los planteles educativos de educación básica no cuentan con servicios de agua diaria y el 2.2 por ciento no cuentan siquiera con suministro de agua, el 32.3 por ciento de los planteles de educación básica tienen conexión a la red pública de drenaje y el 3.1 por ciento no cuentan con ningún servicio básico (agua, luz, drenaje).
Asimismo, la Constitución señala que la educación deberá basarse en el principio de igualdad sustantiva. Partiendo del hecho de que la menstruación sigue siendo un fenómeno de discriminación y exclusión por razón de género, dicho parámetro es una realidad que no se cumple.
Por ende, es urgente que el o las futuras encargadas de la Federación, asuma la responsabilidad de construir puentes de salida de ideas prejuiciosas alrededor de la menstruación hacia un modelo de conocimiento e información sobre este ciclo natural de las niñas, adolescentes y dejen de sentir vergüenza o miedo de comenzar sus periodos menstruales.