Se calcula que el desperdicio anual de alimentos en México equivale a 12 millones de toneladas, con un valor monetario cercano a los 500 mil millones de pesos, de acuerdo con estimaciones del INEGI, Banco de Alimentos y CoreZero.
Además, alrededor del 35 por ciento de todos los alimentos preparados y producidos en México terminan como desperdicio, según cifras de la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura); y colocan al país dentro del top 20 de las naciones que más comida desperdicia en el mundo, con un promedio per cápita anual de 94 kilos, 27 por ciento más del promedio global, que es de 74 kilos, de acuerdo con el reporte Programa para el medio ambiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Aunado a lo anterior, la ONU estima que entre el 8 y el 10 por ciento de las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero (GEI) están asociadas con comida que no se consume.
En este contexto, las organizaciones mencionadas promueven iniciativas que reducen o evitan el desperdicio de alimentos; a través del rescate, reciclaje (upcycling), composta o conversión de residuos a energía (waste to energy).
Estas iniciativas ayudan en gran medida a combatir la crisis climática, ya que cada alimento rescatado evita emisiones de metano, un gas con 80 veces más el poder de calentamiento que el CO2. Por su parte, CoreZero, cuantifica las toneladas de alimento rescatadas y las traduce en unidades de reducción de carbono, para luego generar créditos de carbono. (Un crédito o bono de carbono es una unidad que representa una tonelada de CO2 equivalente absorbida o evitada en la atmósfera).
Dicho modelo resulta innovador, al ser el primero a nivel mundial en haber generado créditos de carbono a partir de la minimización, prevención y revalorización del residuo de alimentos. De hecho, a través de la cuantificación y monetización, genera recursos monetarios para las iniciativas, que les permiten expandir sus operaciones, rescatar más alimento y prevenir más contaminación.
Es importante mencionar que los proyectos de rescate de alimentos y minimización de residuos no solo representan beneficios para el medio ambiente, sino que dentro de sus co-beneficios ayudan a las comunidades al acceso a alimentos, combatiendo la inseguridad alimentaria. De hecho, se considera que contribuyen a distintos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, como la erradicación de la pobreza, el hambre cero, la salud y el bienestar, así como al agua limpia y el saneamiento.
En 2023, a través de una alianza con la Red de Bancos de Alimentos de México (BAMX), lograron cuantificar la prevención estimada de 221 mil 800 tCO2e y transformar este impacto en créditos de carbono, los primeros a nivel mundial generados a partir del rescate de alimentos.
Hoy en día, CoreZero y Red BAMX, considerada la red de este tipo más grande de América Latina, han serializado su segundo lote en conjunto y superado la cuantificación de más de 370 mil tCO2e evitadas.