México calificó con 59 puntos de 100 en educación financiera, de acuerdo a la Encuesta Internacional de Educación Financiera en Adultos realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) y la Red Internacional de Educación Financiera (INFE) 2023. Este puntaje está muy por debajo de países líderes como China (91), Alemania (85) y Estonia (78).
La educación financiera comprende los conocimientos, comportamientos y actitudes que una persona adopta para administrar sus recursos económicos, con el objetivo de alcanzar metas personales y construir una salud económica sólida a corto, mediano y largo plazo.
“La capacidad de tomar decisiones informadas sobre finanzas y proteger los derechos financieros es crucial para el bienestar individual y social. No obstante, en muchos países, incluido México, la educación financiera frecuentemente no comienza hasta la edad adulta, si es que se inicia. En cambio, en países como Australia, Dinamarca, Reino Unido y Singapur, la formación financiera es parte integral del currículo escolar desde la primaria, donde los niños aprenden conceptos básicos como el ahorro, el gasto, la inversión y la gestión de riesgos”, comentó Gonzalo Abalsamo, cofundador y CEO de Simplestate.
Es por ello que Simplestate propone 5 acciones para impulsar la educación financiera de niñas y niños:
1.- Incluir la educación financiera en el hogar: Utilizar recursos lúdicos como juegos y libros puede ser muy efectivo. Por ejemplo, la app móvil «Sésamo: Sueña, Ahorra, Alcanza» está diseñada para niños de 2 a 7 años y utiliza videos, cómics y juegos para enseñar conceptos financieros básicos. Para los niños de 6 a 10 años, el libro «Coco, el zorro ahorrador» ofrece valiosas lecciones sobre gestión del dinero. Además, visitar lugares como el Museo Interactivo de Economía (MIDE) puede ser una actividad educativa y divertida para niños mayores de 10 años.
2.- Promover el ahorro: Iniciar con una alcancía o abrir una cuenta de ahorros real puede ser muy motivador. Desde los 3 años, los niños comienzan a reconocer las monedas y comprenden su valor de intercambio. Enseñarles a ahorrar una parte de su dinero recibido, llevar registro de sus ahorros y establecer metas y prioridades financieras son prácticas fundamentales.
3.- Dar la oportunidad de tomar decisiones financieras: Es importante que las niñas y niños puedan elegir cómo gastar su dinero de mesada y ahorros. Mientras que los más grandes pueden participar en la elaboración del presupuesto familiar.
4.- Ser un buen ejemplo: Las infancias aprenden observando a sus familias. Es importante que los adultos muestren un comportamiento financiero sano para que sus hijos lo imiten.
5.- Proponer cursos en el colegio: Las escuelas juegan un papel vital, pueden ofrecer talleres sobre conceptos financieros básicos u organizar bancos escolares y clubes de ahorro donde los estudiantes puedan gestionar pequeñas cantidades de dinero para cumplir objetivos grupales o comunitarios.
Abalsamo destaca: “La educación financiera en la infancia no solo mejora habilidades matemáticas y de pensamiento crítico, sino que también prepara a los jóvenes para tomar decisiones financieras responsables en el futuro, contribuyendo a su independencia financiera y reduciendo riesgos de endeudamiento y estafas. Es una inversión crucial para el futuro bienestar de México.”