Actualmente es común escuchar que los mexicanos deben cuidar los niveles de colesterol y triglicéridos, ya que se sabe que son grasas que afectan al cuerpo, pero aún existen dudas al respecto sobre sus impactos como la prevención.
Por ello, es importante explicar que tanto el colesterol alto, como los triglicéridos, son una elevada concentración de lípidos en la sangre y ambos son llamadas o clasificadas como dislipidemias. De acuerdo con expertos, las dislipidemias son enfermedades asintomáticas que tienen relación directa con la obesidad y el sobrepeso. Desafortunadamente en México, estas cifras no dejan de crecer desde 1991, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2022), en México viven con sobrepeso u obesidad 75 por ciento de los adultos, 41 por ciento de los adolescentes y 35 por ciento de los niños.
Además, los resultados de la ENSANUT reflejan que es frecuente que los adultos con obesidad presenten enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular y dislipidemia ((colesterol o triglicéridos altos). También se estima que alrededor del 85.9 por ciento de las personas que viven con colesterol alto, desconocen esta situación debido a que se trata de una condición asintomática.
Tanto el colesterol como los triglicéridos son asintomáticos y si no se diagnostican y controlan a tiempo, incrementan las probabilidades de diversas complicaciones como:
Enfermedad hepática o hígado graso no alcohólico, que se trata de la acumulación de grasa en el hígado, que causa inflamación y si ésta persiste puede progresar en lesiones permanentes que pueden derivar en enfermedades más graves como cirrosis o cáncer hepático. La acumulación de colesterol en el hígado es considerada como una causa fundamental en el desarrollo de Hígado Graso (HG).
Enfermedades cardiovasculares (ECV), que tienen un alto impacto en la salud y en México son la principal causa de muerte, se estima que 10 de cada 100 personas que fallecen a causa de ellas. Las ECV´s se atribuyen a múltiples factores como la obesidad y el sobrepeso, alteraciones del metabolismo de la glucosa, hipertensión arterial y un perfil lipídico en que predominan altos niveles de triglicéridos y Colesterol LDL o malo. “Los niveles deseables de colesterol son: menos de 100 mg en pacientes sanos, menos de 70 en personas con diabetes, hipertensión u obesidad y menos de 55 si ya tuvo un infarto. Y de triglicéridos es menos de 150 mg/dl,”, explicó el Dr. Gabriel Collado, director Médico CRM del laboratorio Novartis.
Este último, junto con otras sustancias, forman placa en las arterias que ocasiona arterioesclerosis, una enfermedad que afecta gravemente al corazón, ya que las arterias se endurecen y se estrechan; esto disminuye o bloquea el flujo de sangre al corazón y por lo tanto de oxígeno y al no recibir el suficiente, puede ocasionar dolor de pecho o incluso, un ataque al corazón. También aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares, derivado de coágulos de sangre en el cerebro y las piernas.
Diabetes Mellitus Gestacional (DMG), es un padecimiento que se caracteriza por la intolerancia a los carbohidratos, que resulta en altos niveles de glucosa en la sangre (hiperglucemia) que inicia y se identifica durante el embarazo. Esta enfermedad se asocia con el incremento de las complicaciones para la madre durante la gestación. Un estudio publicado recientemente, encontró que los niveles elevados de triglicéridos y colesterol malo son significativamente más altos en mujeres con DMG que en mujeres embarazadas sanas.
Por ello, se sugiere que después del embarazo, las mujeres que presentaron esta complicación acudan con su medico para dar seguimiento y recibir un tratamiento adecuado.
Por ello, es importante realizarse periódicamente estudios sanguíneos para identificar alteraciones y prevenir consecuencias graves. De acuerdo con el Dr. Gabriel Collado, “actualmente existe un innovador tratamiento que, con sólo dos inyecciones al año, se puede reducir el colesterol malo, lo que ayuda a incrementar la adherencia al medicamento e incrementar sus resultados. Esta nueva opción terapéutica mejora el control, la calidad de vida y mejora la adherencia del paciente”.
Aunque son varios los factores que contribuyen al desarrollo de dislipidemias, incluidos genéticos, dieta, falta de actividad física, entre otros; se debe recibir tratamiento y cambiar el estilo de vida. De esta manera, se abre la oportunidad de disminuir el impacto de las ECV en la mortalidad prematura, la calidad de vida y los costos asociados a sus complicaciones.