En pleno 2024 la brecha digital sigue siendo un tema preocupante dentro del ámbito escolar, ya que a partir de la pandemia de Covid-19, se evidenció mucho más la falta de competencias tecnológicas por parte de los estudiantes y profesores, siendo estos últimos quienes deberían estar mejor capacitados.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 39 por ciento de los docentes latinoamericanos cuentan con habilidades digitales por debajo de lo básico y solo el 13 por ciento maneja un nivel avanzado.
Estas cifras se vuelven alarmantes cuando se toma en cuenta que deben ser los docentes quienes enseñen a los estudiantes a usar las diferentes herramientas tecnológicas, además de que cada día se vuelve más necesaria dicha formación desde la educación básica, especialmente ante la llegada del nearshoring al país. Si bien no todas las escuelas cuentan con el mismo nivel en infraestructura digital, es importante que los educadores estén capacitados para poder hacer uso de cada una, así como para guiar a los alumnos en su funcionamiento.
Por ello, diversas autoridades y actores tecnológicos informan que el profesorado debe adquirir cinco competencias digitales básicas para ejercer su profesión:
Manejar plataforma LMS (Learning Management Systems) son esenciales para la educación moderna, ya que se trata de sistemas muy completos que permiten gestionar cursos completos en línea.
A través de ellas se puede distribuir materiales de apoyo, asignar y recibir tareas, así como evaluar el rendimiento de los alumnos. De acuerdo con diversos análisis sobre las EdTech (tecnologías educativas), 75 por ciento de las escuelas latinoamericanas han adoptado alguna LMS para mejorar la gestión y facilitar el aprendizaje remoto. Además, para México se estima un crecimiento del 50 por ciento para dicho sector de 2022 a 2026, según la Embajada de España en Ciudad de México.
Además que una de las mejores formas de enriquecer la enseñanza dentro de las aulas, es a través de materiales de apoyo como presentaciones interactivas, infografías y videos. Esto se debe a que los estudiantes pueden retener hasta 20 por ciento más de la información si se usa contenido multimedia, a diferencia de las formas tradicionales. Por ello, un buen educador debe manejar al menos la paquetería de Office, para la creación de bases de datos, diapositivas y textos, pero pueden incluir otras como Google Worspace, Canva y alguna aplicación de edición de videos.
La mayoría de escuelas en México mantienen un proceso de evaluación tradicional, sin embargo, después de la contingencia sanitaria de 2020, se hizo evidente la necesidad de apertura a procesos remotos. Incorporar herramientas de evaluación digital como Google Forms o Kahoot, no solo permite realizar el trabajo a distancia, sino que también puede agilizar y reducir el tiempo de entrega de calificaciones. Contar con los resultados a tiempo ofrece la oportunidad de dar retroalimentación y buscar estrategias de enseñanza personalizadas, señala la organización Aplicación Escolar.
De acuerdo con un estudio de la International Society for Technology in Education (ISTE), el 85 por ciento de los profesores que emplean la comunicación multicanal perciben una mejor participación y compromiso de sus alumnos. En este contexto, y teniendo en cuenta que siempre pueden surgir imprevistos, la comunicación directa e inmediata es una prioridad para la educación actual, pues además se busca involucrar también a los padres de familia. La ventaja es que existen muchas alternativas, desde el correo electrónico, hasta aplicaciones de mensajería como WhatsApp.
Es necesario destacar que la educación a distancia ha logrado mitigar el abandono escolar al tratarse de una alternativa flexible, ya que garantiza la continuidad del aprendizaje sin necesidad de asistir a una escuela. Para implementar una formación remota exitosa es necesario es uso de alguna plataforma de videoconferencia, ya que con ello se pueden tener clases en vivo en las que el docente atienda las dudas del tema. La ventaja de éstas es que pueden albergar un número mayor de participantes en comparación de un salón de clases.