La modelo Bernadette Tur, que apareció en la serie de televisión “Survivor”, da a conocer algunos pormenores de su vida personal como es su pasión por el deporte (en especial el futbol), sus tatuajes y los planes que tiene para el 2024.

La bella mexicana dice que toda su vida ha sido deportista, “desde chiquita jugué al futbol. Fui muy disciplinada con mis comidas y mis entrenamientos, hasta que mi esguincé el tobillo y todo se interrumpió. En 2020 me hablaron para “Survivor” y fui cuando mi vida dio un giro. Dejé el fútbol y volví a empezar, ahora más enfocada a los reality shows y la farándula”.

Acepta y se congratula que el deporte femenino atraviese un gran momento, con las futbolistas y las seleccionadas olímpicas que hacen nado sincronizado, pero quedan temas pendientes, como la igualdad salarial.

Igualmente, no cierra las puertas para un día regresar al futbol profesional femenil. “Reconozco que me da mucha nostalgia y tristeza porque no pasó antes, cuando yo jugaba fútbol de forma profesional. El primer año de la Liga me hablaron para jugar con algunos equipos y sí fui a las pruebas, pero lamentablemente no había presupuesto para los salarios de las mujeres y yo me tenía que mover de ciudad, por lo que no me alcanzaba con el sueldo que me ofrecían, así que tuve que renunciar al sueño de jugar profesionalmente.

Bernadette Tur, es originaria de Cancún, Quintana Roo, pero toda su vida fue en Mérida, Yucatán. Cuando me hablaron los equipos de futbol se fue a Veracruz y luego para Aguascalientes y ahora, habita en la Ciudad de México.

“Mi papá juega fútbol hasta el día de hoy y como mi mamá es canadiense, es muy openmind. Mis papás son mis mejores amigos, yo les cuento todo antes de que el resto del mundo lo sepa, así que ellos siempre me han apoyado. Si yo les hubiera dicho que quería ser astronauta, ellos hubieran buscado la manera de que yo pudiera lograrlo”.

Sobre sus experiencias en la televisión, explica que asistir a “Survivor” fue muy especial, porque se dio durante la pandemia y yo no tenía realmente idea de cómo era el formato. Yo también pensaba que les daban comida detrás de cámaras, que tenían baños y que de noche los llevaban a un hotel.

¡Pero no! Nadie se daba cuenta de lo demacrados que estábamos, yo no comí durante una semana porque no consumo mariscos, para mí era imposible comerme una mantarraya, que era lo único que cazábamos. Realmente es una lucha más mental que física con una misma.

Cuando vivía en Mérida y aquí en la CDMX, no tengo televisión en mi cuarto. Sólo en la sala. De chiquita, lo único que veía eran partidos de fútbol con mi papá. De hecho, antes de Survivor, me hablaron para un reality de esos de fiesta y aunque lo pensé por el tema de la fama y el dinero, decidí que no, que prefería ser conocida por el deporte.

En relación a su otra pasión de la vida, los tatuajes, indica que el primero me lo dice a los 14 ó 15 años; es una historia bien chistosa, porque mis papás son mis mejores amigos, saben todo de mí, así que le dije a mi mamá: “oye, me quiero hacer un tatuaje, pero necesito la firma de alguien mayor de edad”. Y ella me respondió: “ok, yo te la firmo, nada más no le digas a tu papá”. Total, que me hice una flor de loto en la espalda, como homenaje a mi abuela.

Total, que llega mi papá a los dos días y le digo: “Oye, pa, ¿qué preferirías, que te dijera que estoy embarazada, que reprobé tres materias o que me hice un tatuaje? Y él me responde: “pues el tatuaje”. Entonces le dije que me había tatuado y solamente se molestó media hora, pero desde ahí me seguí con mis tatuajes.

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