Los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) en 2018 revelaron una realidad preocupante en México: sólo el 1% de los estudiantes de 15 años alcanzaron los niveles más altos de competencia en matemáticas y ciencias.
Esta cifra, por debajo del promedio de la OCDE del 16%, pone de manifiesto las brechas educativas en el país y las dificultades que enfrentan los jóvenes para adquirir habilidades STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) de alto nivel.
Para entender este panorama, es necesario echar un vistazo a la historia de la enseñanza de matemáticas y ciencias en México. Diversos estudios señalan que, desde la época colonial, la educación en estas áreas se ha caracterizado por un enfoque memorístico y poco práctico, donde la teoría prima sobre la aplicación y la experimentación.
Esta metodología tradicional, sumada a la falta de recursos, infraestructura y capacitación docente adecuada, ha generado un ambiente donde el aprendizaje de matemáticas y ciencias se vuelve árido y poco atractivo para los estudiantes.
Las consecuencias de esta situación son notorias
Baja demanda en carreras STEM: La falta de un sólido dominio en matemáticas y ciencias limita las opciones de los jóvenes para acceder a carreras en estos campos, con un impacto directo en el desarrollo tecnológico y la innovación del país.
Desigualdad educativa: Las brechas en el aprendizaje de estas áreas se acentúan entre distintos sectores socioeconómicos, perpetuando la desigualdad y limitando las oportunidades de desarrollo individual y colectivo.
Obstáculos adicionales:
Factores socioeconómicos: La pobreza, la falta de acceso a internet y libros en casa, y la desnutrición son factores que dificultan el aprendizaje en general, y en particular en matemáticas y ciencias.
Contexto sociocultural: En algunos sectores de la sociedad, aún existe la percepción de que estas áreas son «demasiado difíciles» o poco relevantes para el desarrollo personal, lo que desalienta a los jóvenes a perseguirlas.
PISA: Un reflejo y un llamado a la acción
Dan Moses, inventor de la Regla Angular, comenta que “los resultados de PISA, si bien desalentadores, sirven como un llamado urgente a la acción”. El Ing comenta que se requieren reformas profundas en el sistema educativo que incluyan lo siguiente.
Cambio de enfoque pedagógico: Implementar metodologías activas y centradas en el estudiante, donde la experimentación, el pensamiento crítico y la resolución de problemas sean elementos clave.
Inversión en infraestructura y recursos: Mejorar las condiciones de las escuelas, dotarlas de laboratorios y tecnología adecuada, y ampliar el acceso a materiales educativos de calidad.
Fortalecimiento de la formación docente: Brindar a los maestros capacitación continua en metodologías innovadoras y contenidos actualizados en matemáticas y ciencias.
Atención a las desigualdades: Implementar programas de apoyo específicos para estudiantes de contextos socioeconómicos desfavorecidos.
Abordar estos desafíos de manera integral y con un compromiso sostenido por parte de las autoridades, las instituciones educativas y la sociedad en general, será fundamental para revertir esta situación y construir un futuro donde las habilidades STEM sean accesibles y valoradas por todos los mexicanos, impulsando el desarrollo científico, tecnológico y social del país.