Conservación Internacional (CI) subraya la urgencia de restaurar los suelos en México para garantizar tanto la sostenibilidad ambiental como el desarrollo económico.
La degradación del suelo ha avanzado a nivel global, amenazando la fertilidad y productividad de la tierra, lo cual pone en riesgo el suministro de alimentos a nivel mundial. Según datos de las Naciones Unidas, en los próximos 25 años la degradación de las tierras podría reducir la productividad de alimentos a nivel mundial hasta en un 12%, ocasionando un incremento del 30% en los precios globales de estos.
En México, actualmente más del 60% del territorio muestra algún tipo de degradación del suelo, una situación alarmante según investigaciones del Programa Universitario de Estudios Interdisciplinarios del Suelo (PUEIS) y del Instituto de Geología (IG), ambas instituciones pertenecientes a la UNAM. Esta problemática representa una amenaza significativa a corto plazo para la biodiversidad, la producción agrícola y la calidad de vida de las comunidades rurales en el país.
«Las actividades relacionadas con el uso del suelo contribuyen casi al 25% de las emisiones globales de dióxido de carbono. Por ello, es fundamental implementar prácticas agrícolas sostenibles, promover la reforestación y proteger los ecosistemas naturales para revertir la degradación del suelo, asegurar la seguridad alimentaria y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030», destacó Leticia Gutiérrez Lorandi, Vicepresidenta de CI para México.
En respuesta a esta crisis, Conservación Internacional, en colaboración con la Comisión Mexicana de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), están ejecutando el proyecto “Paisajes Sostenibles”. Esta iniciativa tiene como uno de sus objetivos principales, fortalecer la conservación del suelo y la biodiversidad mediante el manejo integrado de 2.6 millones de hectáreas en los estados de Chiapas y Oaxaca.
A través de la planificación del uso del suelo, prácticas agrícolas y pesqueras sostenibles, así como la promoción de la sostenibilidad financiera mediante cadenas de valor orientadas al mercado, se espera que este proyecto se convierta en un modelo para la conservación y el desarrollo sostenible en diferentes paisajes de México.
«Es crucial asegurar que el crecimiento económico no se realice a expensas del medio ambiente y los derechos de las comunidades locales. Por lo tanto, una planificación adecuada del uso del suelo es un componente clave para el futuro sostenible de México», concluyó Gutiérrez Lorandi.
Conservación Internacional reitera su compromiso con la protección del medio ambiente, salvaguardando la biodiversidad y los ecosistemas, con el objetivo de maximizar los beneficios ecológicos, sociales y económicos a largo plazo para las personas y la naturaleza.