Confundida, incomprendida, desconocida y estigmatizada, así se considera a la enfermedad “Psoriasis Pustulosa Generalizada” (PPG), una grave enfermedad de la piel que impacta en la salud mental y el bienestar emocional, incrementando el riesgo de provocar ansiedad y depresión en quienes la padecen.

La PPG se caracteriza por brotes repentinos e intermitentes de pústulas (ampollas) dolorosas en gran parte del cuerpo, que provocan que la piel luzca enrojecida, agrietada o descamada, aunada a una intensa sensación de picazón y malestar, factores que afectan en la calidad de vida de los pacientes.

No sólo por sus síntomas cutáneos y sistémicos (insuficiencia cardíaca, falla renal y sepsis) que pueden provocar complicaciones graves, hospitalizaciones y riesgo de muerte, sino por el estigma social y la carga emocional que representa una enfermedad expuesta a la falta de sensibilidad de la gente.

Convivir con una enfermedad visible en la piel como la PPG, puede afectar la salud emocional del paciente y desencadenar preocupación por su apariencia personal, estrés, sentimientos de vergüenza, baja autoestima, aislamiento social y dificultades laborales, incluso estados de ansiedad y depresión, mencionó la Dra. Julieta García Contreras, miembro activo de la Sociedad Mexicana de Cirugía Dermatológica y Oncológica A. C.

Se estima que, cerca del 43 por ciento de los pacientes con esta condición de salud presentan estados de ansiedad y entre un 20 por ciento a un 30 por ciento depresión, misma que es más frecuente en función de la gravedad de la enfermedad.

Y de acuerdo con una encuesta recientemente realizada en los Estados Unidos, 75 por ciento de los pacientes con PPG expresaron que su enfermedad impacta muchos aspectos de su vida cotidiana, 83 por ciento presenta estrés emocional, 41 por ciento refiere que afecta sus relaciones sociales y 52 por ciento la intimidad con su pareja.

La visibilidad de las lesiones en la piel generadas por la enfermedad expone a los pacientes a la discriminación o rechazo por parte de otras personas, debido principalmente a la falta de comprensión y desconocimiento de la enfermedad.

Esta situación, aunada a los incómodos síntomas que interfieren en la vida cotidiana y a la frustración de los resultados de los tratamientos convencionales, con tiempos de respuesta lentos y eficacia inconsistente, hacen necesario fortalecer la confianza y brindar apoyo psicológico en los pacientes para tratar de minimizar el impacto en su salud mental y emocional, enfatizó.

Por fortuna, agregó que, recientemente se aprobó en México el primer tratamiento específico que ha demostrado ser seguro y eficaz en el manejo de los brotes agudos de PPG, devolviendo la esperanza a los pacientes que anteriormente estaban destinados a vivir entre el dolor, el riesgo de complicaciones de salud y el estigma social.

“Los beneficios de esta nueva terapia se centran en el control eficaz de los brotes de esta enfermedad, que además de liberar a los pacientes de los molestos síntomas y hospitalizaciones, de manera paralela contribuye a minimizar el impacto emocional y mental en quienes la presentan”, expuso la Dra. García, también miembro activo de la Asociación de Egresados del Centro Dermatológico «Dr. Ladislao de la Pascua».

Dada la falta de conocimiento que existe de la PPG, es importante promover la concientización y comprensión de esta rara enfermedad entre pacientes, familiares, médicos y sociedad, para combatir el estigma social y laboral, así como para lograr la identificación oportuna, el diagnóstico temprano y el tratamiento específico que contribuya a su adecuado control y una mejor calidad de vida.

De acuerdo con la Federación Internacional de Asociaciones de Psoriasis (IFPA por sus siglas en inglés), el diagnóstico oportuno y un buen control de la enfermedad que minimice la aparición y frecuencia de los signos y síntomas tiene repercusiones positivas para la salud física y mental.

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