En México, el grupo de adultos mayores ha crecido significativamente, alcanzando el 14.7% del total de la población en 2023, tendencia que se estima seguirá aumentando hasta llegar a la cifra de que una de cada seis personas tendrá 60 años o más en 2030 a nivel mundial.2 Esto destaca la necesidad de promover estilos de vida y comportamientos saludables, dos de los ejes rectores de la Jornada Nacional de Salud Pública, la cual busca resaltar la importancia de cuidar la salud para disfrutar de una vida plena y activa en todas las etapas, especialmente en la edad adulta, cuyo día nacional también se conmemora en el mes de agosto.

A medida que los adultos envejecen, la capacidad del sistema inmunológico va disminuyendo como parte de un proceso natural y paulatino conocido como inmunosenescencia; esto aunado a la presencia de enfermedades crónicas como la hipertensión o diabetes, incrementa el riesgo de padecer enfermedades infecciosas, así como la probabilidad de complicaciones.3 Ejemplo de ello es el herpes zóster; que se estima afectará a una de cada tres personas a lo largo de su vida, después de haber padecido varicela. Este riesgo está asociado a diferentes factores, que incrementan a medida que envejecemos, siendo las personas de 50 años o más donde se encuentra el 80% de todos los casos de esta enfermedad.4

Bajo este escenario el inmunofitness es un estilo de vida que engloba varias prácticas que tienen como foco principal la prevención. Este estilo de vida está basado en cuatro pilares: alimentación saludable, vida activa, mente sana y un elemento que pocas veces se toma en cuenta en todas las etapas de la vida, que es la prevención de enfermedades mediante la vacunación.

En nuestro país, las coberturas de vacunación son altas durante la niñez, sin embargo, datos obtenidos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022 indican que una proporción considerable de adultos y adultos mayores no reciben las vacunas indicadas para su edad, condición física o laboral. Solo el 49% de la población de 60 años está vacunada contra influenza, el 48% contra tétanos y el 24% contra neumococo.5

“La prevención de enfermedades infecciosas es una prioridad en todas las edades, pero cobra mayor importancia en edades avanzadas, y la inmunización es la estrategia más efectiva para hacerlo. En la actualidad, la vacunación puede prevenir al menos 16 enfermedades infecciosas, una de ellas es el herpes zóster, provocada por la reactivación del virus de la varicela, que se encuentra latente en el 99% de los adultos de 50 años y más”,4 comentó la Dra. Gloria Huerta, gerente médico Sr. de Vacunas en GSK México.

La edad avanzada, la inmunodeficiencia o la inmunosupresión,6 así como otras afecciones crónicas como, por ejemplo, la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), la diabetes mellitus y el asma son factores de riesgo que pueden incrementar la probabilidad de desencadenar la enfermedad del herpes zóster,7 que se caracteriza por generar erupciones cutáneas con ampollas dolorosas en diferentes partes de cuerpo, y en el 30% de los casos se presentarán complicaciones como la neuralgia posherpética, un dolor nervioso prolongado que puede durar meses e incluso años.8 

“De estar aparentemente sana, empecé con dolor de cuerpo y cansancio, pero con el paso de los días experimenté dolor en las articulaciones, seguido de unas ronchitas en el tronco, desde la parte del frente, recorriendo el lado derecho hasta la mitad de la espalda. Fueron casi 20 días sin poder dormir por el dolor”, comentó María Teresa López Guerrero, persona que sufrió de herpes zóster.

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Vacunología, la vacuna contra el herpes zóster forma parte del esquema ideal de vacunación para adultos y es fundamental completar el esquema para asegurar una protección completa y duradera. Su aplicación es recomendada para personas a partir de los 50 años y personas de 18 años con el sistema inmune debilitado.10 Sin embargo, además de ser la inmunización una pieza clave, es fundamental adoptar un enfoque integral para el cuidado de la salud en los adultos.

“Vivir con un estilo fundamentado en los cuatro pilares del inmunofitness permite a las personas envejecer disfrutando de una vida plena, prevenir enfermedades y mantener su independencia; sin embargo, si se presentan síntomas o algún malestar, siempre se recomienda consultar a su médico de cabecera, quien podrá brindar todas las opciones de tratamiento y prevención necesarias para combatir padecimientos como el herpes zóster”, concluyó la Dra. Gloria Huerta.

 

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