En México y otros países del mundo, el acoso laboral es una realidad que impacta negativamente en la salud, el bienestar y la productividad de los trabajadores. Según un estudio de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), el 23 por ciento de los trabajadores han experimentado algún tipo de acoso laboral y al menos 7.9 millones de mujeres han vivido violencia en el trabajo, tal como indica la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh).

Esta cifra refleja la magnitud del problema y subraya la urgencia de implementar medidas efectivas y reales, para prevenir y sancionar estas conductas.

En ese contexto, expertos en recursos humanos afirman que el acoso laboral aumenta los niveles de estrés, ansiedad y depresión entre las y los colaboradores, generando un entorno tóxico que afecta su bienestar mental y emocional. Además, un ambiente laboral hostil puede reducir significativamente la productividad y el compromiso de los empleados, impactando negativamente en el rendimiento general de la empresa.

Hasta hoy, el acoso laboral o mobbing no es una conducta tipificada en el Código Penal en México, se encuentra en la Ley de Federal del Trabajo, donde establece que es “el ejercicio del poder en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en el ámbito laboral, que se expresa en conductas verbales, físicas o ambas”.

También desde 2020 entró en vigor la NOM 035, una norma oficial mexicana emitida por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) que busca identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial en el trabajo. El incumplimiento de ésta puede resultar en sanciones para las empresas, sin embargo, no existen sanciones ejemplares para los empleadores que lo ejercen.

“Solo a través de una combinación de legislación completa, conciencia cultural y acción proactiva por parte de empleadores y colaboradores, se podrá combatir este problema de manera efectiva y garantizar un entorno laboral seguro y respetuoso para todos y todas.”, menciona Cecilia Undurraga, People and Culture Director de la plataforma Rankmi.

Añadió que “gestionar estas políticas requiere un enfoque cuidadoso y considerado. “Es esencial establecer protocolos claros y accesibles para que las y los colaboradores puedan denunciar el acoso de manera justa y sin temor a represalias. Además, ofrecer recursos adicionales, como apoyo psicológico y programas de sensibilización, ayuda a acompañar a las víctimas y fomentar una cultura laboral saludable”.

Por ello, dijo que se tienen que establecer leyes robustas para proteger a los colaboradores del acoso laboral es una necesidad urgente y fundamental. Es crucial que las autoridades y las organizaciones en México trabajen conjuntamente para desarrollar y aplicar normativas, que aseguren un entorno laboral seguro y respetuoso para todos y todas.

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