La globalización se ha roto, se ha fragmentado y ello ha dado lugar a una nueva regionalización en el desarrollo de territorios y países, señaló la doctora Alicia Bárcena Ibarra, secretaria de Relaciones Exteriores de México, durante la conferencia magistral que impartió durante el Seminario Internacional Repensar el desarrollo de América Latina y el Caribe desde México, convocado por la Universidad Autónoma Metropolitana ,esta secretaría y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe.

La canciller advirtió que “nuestro estilo de desarrollo actual es insostenible; económicamente porque está asociado a una tasa declinante de producción y crecimiento y porque hay un desacople del sistema financiero; socialmente porque está vinculado a una elevada desigualdad con graves consecuencias sociales y políticas, y ambientalmente porque se está provocando un deterioro al hábitat, “en muchos casos irreversible y rebasando límites planetarios”.

Lo anterior impone tres retos improrrogables que consisten en la necesidad de aumentar la tasa de crecimiento superando la restricción externa, reducir hasta eliminar la pobreza extrema y respetar el derecho de las futuras generaciones a tener un medio ambiente mejor.

La ex directora de la Conferencia Económica para América Latina afirmó que el principio rector de las políticas industriales en el pasado era la búsqueda de la eficiencia, es decir, menor costo y mercados; hoy, las empresas trasnacionales no buscan solamente eficiencia, sino resiliencia, tener seguridad en la producción, por tanto, hay grandes debates en torno a conceptos como soberanía, política industrial, proteccionismo y necesidad de una industria fuerte.

También hay una disrupción que refuerza los regionalismos y, por tanto, la sustitución de importaciones se ha convertido en la palabra clave; la economía digital, por ejemplo, se concentra cada vez en Norteamérica y en Asia. De ahí la competencia entre Estados Unidos, China y Europa que deja fuera o enfatiza las asimetrías del mundo en desarrollo.

Este nuevo productivismo global está profundizando las brechas estructurales y en América Latina hay dificultades para acceder a los mercados, hay especialización en productos de bajo contenido tecnológico, se sigue descansando en mano de obra barata, los empleos son de baja productividad y “enfrentamos una brecha tecnológica muy significativa, por lo que América Latina no se puede quedar fuera de esta tendencia”.

Para enfrentar los problemas estructurales y mejorar inversión y productividad es necesario visualizar que la tasa de crecimiento de la región es bastante baja, si bien hubo un repunte después de la pandemia, se ha regresado a cifras mediocres de forma que en 2024 la zona representa sólo el 7.2 por ciento del PIB mundial, cuando en 1990 era el 10.1 por ciento.

Enfatizó que “sin duda tenemos que reindustrializarnos, fortalecer cadenas productivas domésticas e impulsar e incorporar tecnología y para ello es muy relevante la formación bruta de capital fijo tanto público como privado”.

La idea de “repensarnos implica analizar cómo podemos densificar las cadenas locales, estabilizar inversiones públicas y privadas, cómo incorporar mayor tecnología con empleos de mayor productividad e incrementar el comercio intrarregional”.

En la mesa Nuevo orden global: productivismo, mercado y desarrollo, el doctor Wilson Peres, de la Universidade Federal do Rio de Janeiro, quien moderó la mesa, apuntó que dentro del difícil panorama que tiene América Latina en cuanto a estos temas hay algunos elementos que permiten cierto optimismo.

El primero es que la región es una zona de paz, donde no hay conflictos serios entre los países; puede ser que en el futuro haya algún conflicto, pero en lo que tiene que ver con fronteras sangrientas no las hay, son zonas de paz.

Por otro lado, está la migración y si bien migraciones ilegales e indeseables hay en todo el mundo, América Latina tiene la suerte de que los migrantes “lo son de nuestra propia cultura, lo que permite una asimilación mucho más rápida” y, por lo tanto, masivamente pueden integrarse.

La doctora Isabel Estévez, investigadora del Instituto Roosevelt, expuso que en los últimos años han surgido nuevas políticas industriales de Estados Unidos, cuyos esfuerzos se centran en diversos objetivos para responder a los desafíos de la desindustrialización que ha resultado en un declive económico.

Entre esos objetivos están la recuperación de la inversión pública, generar nuevas capacidades industriales, el rescate de industrias en declive como la del acero, la diversificación energética, de igual forma a nivel macro uno de los objetivos es competir con China para no perder el rol dominante.

Esos tres objetivos de reindustrialización, diversificación energética y competencia con China, representan cambios estructurales que abren nuevos retos y nuevas oportunidades para América Latina, por ejemplo, para que países de América Latina exporten a Estados Unidos productos que forman parte de las nuevas cadenas de valor como vehículos eléctricos, semiconductores, paneles solares, entre otros, pues hay miles de productos.

Hay indicios de “ciertos gestos de reconocimiento de que hace falta que Estados Unidos haga una oferta económica al sur global” que le ayude a competir con China.

El doctor Mario Pezzini, director del Centro de Desarrollo de la OCDE, indicó que en el marco de la invasión de Rusia a Ucrania se propuso una declaración en Naciones Unidas, para que los países expresaran su rechazo al hecho, pero una gran sorpresa porque no todas las naciones estuvieron de acuerdo.

Fue una sorpresa porque las señales ya existían y una semana antes de la invasión se tuvo una cumbre Unión Europea-Unión Africana y también se propuso una declaración por una alianza, pero la segunda se negó.

El doctor Pezzini dijo estar convencido de que estas “sorpresas” son extraordinariamente útiles, porque llevan a plantear preguntas que permiten ver que la posición de diferentes actores del sur global ha cambiado, y la idea occidental respecto de la hegemonía de su economía y de su pensamiento económico también ha cambiado.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *