El acceso a medicamentos es parte esencial del derecho humano a la salud. En México la cobertura de salud es del 70% en un sistema fragmentado, donde las zonas rurales son las más marginadas, lo que repercute en la productividad de toda la Nación. La salud es esencial para toda persona, la sociedad y el País, y procurar el acceso de la población a los medicamentos y servicios que necesita es un compromiso impostergable para el nuevo gobierno.
Este tema fue discutido en el panel “La reorganización del acceso al mercado en México: Medicamentos innovadores, genéricos y dispositivos médicos”, que fue parte de la agenda del Mexico Health Summit, organizado por Mexico Business Events con el objetivo de plantear soluciones colaborativas entre los sectores público y privado para mejorar el acceso a la salud en México, que actualmente tiene áreas de oportunidad significativas.
Durante el panel, representantes de la industria farmacéutica de innovación, y los sectores de farmacias y manufactura, presentaron las principales barreras para el acceso a la salud y plantearon una serie de soluciones que ponen a consideración de la administración entrante.
Múltiples barreras para el acceso a la salud
En su intervención, Larry Rubin, Director Ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), señaló que una de las principales barreras para el acceso a la salud en México es la escasa inversión pública, que actualmente equivale al 2% del PIB, mientras que en América Latina el promedio es de 6% del PIB. “Por consiguiente, el gasto de bolsillo de la población en salud es de 47%, muy superior al promedio de la OCDE, que es del 24%[1]”.
“Se requiere más inversión en salud para el acceso de la población a medicamentos innovadores, así como a infraestructura y servicios hospitalarios y clínicos de calidad”, subrayó Larry Rubin.
Al respecto, Rubén Ortiz, director ejecutivo de Acceso y Asuntos Públicos de México y Colombia de Eli Lilly, expuso que es necesario incrementar la visión global sobre la importancia de la inversión en salud. “En América Latina 650 millones de personas no tienen acceso a la salud[2]; esto confirma que el reto es incrementar la inversión en salud y contar con metas e indicadores claros. También es necesario robustecer la política pública de la mano de la iniciativa privada, lo que permitirá contar con la infraestructura tecnológica que lleve la innovación a los pacientes.”
Durante su participación, Jorge Luis Caridad, Gerente General de Johnson & Johnson – Medicina de Innovación, planteó que el acceso a la innovación se obstaculiza debido a barreras regulatorias. “México tarda entre 12 y 18 meses para aprobar medicamentos. Estos retrasos demuestran la necesidad de que la Cofepris cuente con más recursos para la digitalización de sus procesos y la aceleración de los tiempos de aprobación, con apego a estándares internacionales.”
El directivo de Johnson & Johnson añadió que también existen barreras para la investigación clínica, lo que es crítico para el acceso temprano a la innovación. “México tiene la gran oportunidad de ser un referente en la región, para lo que se necesita más especialización e infraestructura, así como más competitividad en los tiempos de aprobación de ensayos clínicos. Mientras que en Latinoamérica éstos se aprueban en 45 – 60 días, en México tenemos demoras de 180 días, lo que nos pone en desventaja. Impulsar la investigación clínica tendría múltiples efectos positivos como motor de desarrollo del País”, puntualizó Jorge Caridad.
Romper barreras con el paciente en el centro
Larry Rubin hizo énfasis que se necesita una regulación más eficiente a través de la armonización regulatoria o reliance, es decir, que se tomen en consideración las aprobaciones de agencias regulatorias internacionales de referencia para agilizar los procesos en México. “Actualmente un medicamento tarda 4 años en llegar a los pacientes y las necesidades de salud urgentes se quedan sin resolver.”
“La investigación clínica es vital. Actualmente la industria invierte 200 millones de dólares anuales en investigación clínica, que podrían incrementarse a 4,000 millones de dólares en los próximos 6 años, con tiempos regulatorios más competitivos. México tiene el potencial para convertirse en un polo de innovación en América Latina. Actualmente países con menos recursos como Argentina, Chile y Honduras captan más inversión en investigación clínica que México. Una mayor inversión en investigación clínica generará más empleo y derrama económica, lo que asegurará un mejor futuro para todos”, informó el Director Ejecutivo de la AMIIF.
Los directivos de la industria farmacéutica de innovación hicieron hincapié en la necesidad de brindar datos de calidad al sistema de salud y de fortalecer el tratamiento y la prevención, para lo que es vital contar con más recursos. “La población envejece y con ello va a incrementarse la necesidad de atención a enfermedades crónicas, lo que requerirá de una mayor optimización y capitalización de la inversión.”
También resaltaron la necesidad de fortalecer la propiedad intelectual con la implementación del T-MEC, para dar certeza jurídica a la inversión; contar con mayor voluntad política para agilizar los procesos regulatorios, así como alinear los esfuerzos de la iniciativa privada con el sector público para que las políticas en salud resuelvan las barreras en el acceso, con el paciente siempre en el centro.
Concluyeron que es necesario declarar a la salud como una prioridad y que exista una mayor colaboración entre los sectores público y privado. “La industria farmacéutica de innovación va a seguir apostando por México, porque nuestro compromiso es con los pacientes; continuaremos realizando el mayor esfuerzo para asegurar que nuestros medicamentos lleguen más rápido a quien los necesita”, expuso Larry Rubin.