La dinámica de la urbanización en México está cambiando la realidad de las ciudades del país, en especial las urbes emergentes que comienzan a detonar su crecimiento desordenado y que requieren de forma urgente la adopción de planes de ordenamiento urbano modernos y que se respeten.
Eduardo Jiménez, arquitecto y Brand Manager de grupo Arqual, señala que Querétaro, Puebla León, son quienes encabezan la lista de urbes para ser ciudades inteligentes a futuro, sin embargo, requieren de ya crecer hacia arriba, aprovechar los materiales locales para las construcciones, programas de reciclado, uso sostenible del agua y la energía.
“Un ejemplo que debe replicarse es el que realizan en Querétaro y Cancún, que aprovechan el tipo de suelo de sus urbes para las edificaciones que levantan, así como utilizar materiales híbridos, y fomentan la arquitectura bioclimática.
“Entre los mayores retos de ciudades como Querétaro, León, Puebla y Tijuana, es concretar un transporte público y privado eficiente, redirigir y cambiar el sentido de las calles, desahogó de zonas peatonales. No olvidar que sus viejas calles no fueron hechas para tanto automóvil; cuya presencia actual es un abuso”, agregó.
Detalló que las mayores urbes del país; la zona metropolitana del Valle de México (Ciudad de México y Estado de México), Guadalajara y Monterrey, padecen de un hacinamiento de infraestructura, debido a la falta de espacios y que les conlleva a crecer hacia arriba, pero que su contexto urbano complica la vida de sus habitantes.
Se tienen grandes problemas de vialidad, agua, aire limpio, hacinamiento social, etc., que deriva de no haber tenido planes urbanos adecuados y que se respetarán. “Para ser viables las grandes ciudades del mundo requieren invertir hasta un 40 por ciento de su presupuesto en temas de transporte y agua, señala el Banco Mundial”.
Por ello, dijo que la arquitectura moderna debe ser una prioridad para las urbes emergentes, como son Querétaro, Puebla, Mérida, Tijuana, León, entre otras, que tienen que aprender de los errores de las megalópolis y no replicar su desorden.
“La infraestructura urbana tiene el compromiso de eficientar los espacios, tener planes de sustentabilidad y en zonas altamente densificadas, la única opción de crecimiento es hacia arriba y tener calles con espacios adecuados”, dijo.
En ciudades donde el espacio es escaso y la demanda de vivienda alta, la verticalización no solo optimiza el uso del suelo, sino que redefine el estilo de vida urbano. Este fenómeno es evidente en las urbes emergentes como Querétaro, donde las torres están transformando el panorama urbano.
En materia de urbanismo, el Observatorio de Ciudades señala que el crecimiento de la zona urbana de Querétaro en la pasada década registró un aumento del 63.45 por ciento en el número de viviendas contra el crecimiento de 47.9 por ciento en el número de habitantes en la entidad.
Se estima que para el año 2030, la mancha urbana del estado crecerá 1.8 veces el tamaño actual, es decir, 30 por ciento con respecto del 2015. Por ello, diversos ambientalistas consideran preocupante el crecimiento urbano desordenado. Tan solo en 2020, la población en Querétaro fue de 2,368,467 habitantes, comparado a 2010, la población en Querétaro creció un 29.6 por ciento.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Sustentable del gobierno estatal, el estado de Querétaro ha experimentado un crecimiento poblacional del 21 por ciento entre 2012 y 2022, indica el Anuario Económico Municipal de Querétaro 2023, que desde 2012, cuando la población registrada era de 830,608 habitantes, hasta 2022, con un total de 1,007,923 personas, la entidad ha experimentado un incremento desordenado en sus zonas periféricas y algunas áreas intraurbanas.
Para la consultora Newmark, en su estudio “Ciudades Globales”, México cuenta con urbes con gran potencial para ser inteligentes o Smart Cities, y son la Ciudad de México, Veracruz, Querétaro, Puebla, Quintana Roo; Yucatán, Guanajuato y San Luis Potosí.