Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en México y en el mundo. Entre ellas, los infartos al miocardio y la enfermedad vascular cerebral cobran más de 17.9 millones de vidas al año a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En México, cerca de 220 mil personas fallecieron por enfermedades cardiovasculares en 2021, de las cuales 177 mil fueron por infarto agudo al miocardio. Del conocimiento de los síntomas del infarto depende que se actúe a tiempo y puedan salvarse miles de vidas.
México tiene la mortalidad más alta a 30 días por infarto agudo al miocardio (IAM), entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) 28.1% versus 7.5% del promedio.
Con motivo del Día Mundial del Corazón, el Dr. José Luis Leiva Pons, especialista en cardiología y jefe de la Unidad de Hemodinámica del Servicio de Cardiología del Hospital Central Dr. Ignacio Morones Prieto, de San Luis Potosí, señaló que la atención oportuna del infarto agudo al miocardio o ataque al corazón es de importancia crítica para la supervivencia. Explicó que esta enfermedad cardiovascular ocurre cuando el flujo sanguíneo que lleva oxígeno al músculo cardíaco se reduce o bloquea severamente. “Si este flujo no se restablece de manera rápida, el músculo del corazón empezará a morir.”
“El infarto agudo al miocardio es una urgencia médica que debe atenderse de inmediato. El principal riesgo de muerte se da antes de ingresar al hospital, que es cuando suceden el 40% de los fallecimientos. Una vez que el paciente ha ingresado al hospital, si se hace con la debida antelación, antes de las 4 horas, los tratamientos modernos permiten una recuperación satisfactoria y las complicaciones son relativamente poco frecuentes”, informó el Dr. Leiva Pons.
“El infarto agudo al miocardio o ataque al corazón frecuentemente es causado por la ruptura de la llamada placa aterosclerótica. A esta condición, que provocará acumulación de grasa en los vasos sanguíneos, se le conoce como aterosclerosis y es en parte causada por un proceso corporal conocido como inflamación. Esta inflamación puede provocar la ruptura y el recubrimiento de la placa, causando un ataque al corazón o una enfermedad vascular cerebral”, añadió el especialista.
Identificar los síntomas del infarto agudo al miocardio salva vidas
“El infarto se reconoce por la aparición inesperada de los fuertes síntomas característicos: dolor intenso en el pecho, en la zona precordial (de la corbata), sensación de malestar general, mareo, náuseas y sudoración. El dolor puede extenderse al brazo izquierdo, mandíbula, hombro, espalda o cuello. Hay que advertir que aproximadamente la mitad de los infartos aparecen sin síntomas previos, o sea, que el infarto es la primera manifestación de la cardiopatía isquémica o muerte de una sección del músculo del corazón o miocardio”, subrayó el Dr. Leiva.
El especialista informó que el infarto agudo al miocardio puede producirse por factores de riesgo modificables como tabaquismo, hipertensión, diabetes, obesidad y un estilo de vida sedentario. Los factores de riesgo no modificables incluyen la edad avanzada y la predisposición genética.[5] Debido a factores como estrés, dieta y estilo de vida, la incidencia del infarto agudo al miocardio es mayor en las áreas urbanas.
¿Se puede sobrevivir a un infarto?
La respuesta es afirmativa. “El tratamiento del infarto requiere una intervención urgente dirigida a salvar la vida y evitar complicaciones inmediatas y otro tratamiento a largo plazo para evitar complicaciones coronarias. La mayoría de los pacientes que padecen un infarto agudo al miocardio se recuperan con rapidez y lo suficiente como para poder desempeñar una vida prácticamente normal. La recuperación depende de la extensión de daño al miocardio”, indicó el especialista en cardiología.
Añadió que el mejor tratamiento es modificar el estilo de vida, supliendo conductas de riesgo por otras generadoras de salud y así mantener las arterias fuertes, elásticas y uniformes, capaces de transportar un flujo sanguíneo adecuado. “La rehabilitación cardíaca es una parte importante del tratamiento post infarto e incluye ejercicio físico, cambios en la dieta, cesación del tabaquismo y seguimiento clínico. La terapia farmacológica a largo plazo incluye el uso de ácido acetilsalicílico; inhibidores plaquetarios; antihipertensivos; betabloqueantes, que inhiben los efectos vasoconstrictores de la adrenalina, y estatinas, que se utilizan para tratar el colesterol alto.”
Las claves son el control de la presión arterial, que reduce la incidencia de cualquier manifestación de la enfermedad cardiovascular; el control del colesterol y los triglicéridos, ya que las personas con niveles elevados tienen mayor riesgo de sufrir síndromes coronarios; el control de la glucemia, porque si ésta es alta se incrementa el riesgo de que al corazón le falte irrigación sanguínea (isquemia miocárdica) y la persona sufra un ataque al corazón. El control del peso juega un papel importante, ya que la obesidad se relaciona con diabetes, presión arterial alta y colesterol alto.
El Dr. Leiva Pons advirtió que, a pesar de la terapia recomendada actualmente para personas que han experimentado un ataque al corazón, estas personas permanecen en riesgo de sufrir otro ataque al corazón o una enfermedad vascular cerebral . Informó que, hasta el momento, no hay tratamiento disponible para manejar la inflamación relacionada con aterosclerosis e infarto agudo al miocardio, y que actualmente la ciencia trabaja para encontrar el tratamiento adecuado.