Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en México y en el mundo. Aunado a que el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares está fuertemente influenciado por el estilo de vida. Expertos indican que hasta un 80 por ciento de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares (ECV) se pueden prevenir mediante pequeños cambios en nuestros hábitos diarios.

Mantener controlados factores de riesgo como la hipertensión, la obesidad, la diabetes y los niveles elevados de colesterol y triglicéridos es fundamental, y para lograrlo, la alimentación y el ejercicio juegan un papel crucial.

Por ello, es recomendable el adoptar una alimentación saludable es clave para prevenir estos factores de riesgo. Es importante aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, limitando los azúcares libres y las grasas trans. Controlar la ingesta calórica, asegurando que consumimos menos calorías de las que gastamos, es otra medida eficaz para mantener a raya los principales factores de riesgo cardiovascular.

Por su parte, el sedentarismo se ha convertido en un factor de riesgo cardiovascular con un impacto tan significativo como el tabaquismo o el colesterol elevado, por lo que es importante incorporar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, es decir, alrededor de 20 minutos diarios:

“El ejercicio reduce la presión arterial y los niveles de colesterol, lo que ayuda a controlar la glucemia, mantener el peso, mejorar la capacidad pulmonar y la eficiencia cardíaca, además de potenciar los mecanismos antiinflamatorios e inmunitarios” agregó la Dra. Luisa Aguilera.

Dejar de fumar es otro paso fundamental para mejorar la salud cardiovascular. El tabaco acelera la aterosclerosis, un proceso de degeneración de las arterias que puede provocar infartos y otras complicaciones graves. Además, el tabaco está relacionado con una amplia gama de enfermedades, incluyendo cáncer de pulmón y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).

Controlar los niveles de colesterol, azúcar en sangre y la presión arterial es esencial. El colesterol no absorbido por las células se deposita en las arterias, aumentando el riesgo de infarto. Los niveles elevados de glucemia afectan los vasos sanguíneos, incrementando el riesgo de ictus e infartos. La hipertensión, si no se controla, puede conducir a complicaciones graves como infartos y enfermedades renales.

Es importante adoptar un estilo de vida saludable no solo para prevenir las enfermedades cardiovasculares sino para contribuir a un futuro más saludable para las siguientes generaciones: “Recordemos que nuestras acciones pueden ser aprendidas por los más pequeños del hogar. Es nuestro deber como madres, padres, tíos, tías o abuelos inculcar a los niños prácticas sanas que les permitan tener una mejorar calidad de vida” finalizó la Dra. Luisa Aguilera, vocera de PiSA Farmacéutica.

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