El Día Mundial de la Alimentación, celebrado el 16 de octubre, es una fecha crucial para México y el mundo, este día, proclamado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), busca concientizar sobre el hambre, la nutrición y la necesidad de adoptar prácticas sostenibles en la producción de alimentos.

En este contexto, la implementación de procesos innovadores en toda la cadena de producción cobra mayor relevancia para asegurar que el país esté alineado con los estándares globales y contribuya a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

“Con la creciente presión sobre los sistemas alimentarios a nivel mundial debido al cambio climático y la demanda de alimentos, las empresas mexicanas deben asegurarse de que sus productos cumplan con los más altos niveles de seguridad y sostenibilidad”, comentó Georgina Valero, Senior Manager, México, NSF, organización global independiente.

El sector agroalimentario representa uno de los pilares fundamentales de la economía nacional, según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, durante el primer semestre del año las exportaciones agroalimentarias crecieron 5.54%, mientras que las importaciones aumentaron 4.67%.

A pesar del notable crecimiento, México sigue enfrentando serios retos en temas de inocuidad alimentaria. Según los últimos Resultados Adicionales del Censo Agropecuario, solo el 40% del agua utilizada en la agricultura cumple con estándares de calidad adecuados. Esta cifra pone en riesgo la producción de alimentos en un país que depende en gran medida de sus recursos agrícolas. Además, también se reveló que el 56% de las unidades de producción son manejadas por pequeños productores con superficies menores a dos hectáreas, lo que limita su acceso a tecnologías y recursos esenciales como el riego eficiente.

Georgina recalcó que la ausencia de procesos sostenibles y la falta de certificaciones en muchos de estos sistemas agrava la situación, poniendo en peligro tanto la seguridad alimentaria como la viabilidad económica de pequeños y medianos productores.

En este sentido, la implementación de certificaciones internacionales como Safe Quality Food (SQF) y otras iniciativas alineadas con los ODS se presentan como herramientas clave para mejorar los sistemas alimentarios, pues no solo garantizan la calidad e inocuidad de los alimentos producidos en México, sino que también facilitan el acceso a mercados internacionales, donde las exigencias en cuanto a calidad y sostenibilidad son cada vez mayores.

Asimismo, el Censo Agropecuario también destacó que el uso de fertilizantes químicos fue predominante en el 65.5% de los grandes productores en regiones como Chihuahua y Sonora, lo que refuerza la necesidad de adoptar prácticas más sostenibles para mitigar los impactos ambientales. Estas acciones no solo son beneficiosas para el ambiente, sino que también mejoran la competitividad de los productos mexicanos a nivel global.

En este sentido, en el Día Mundial de la Alimentación, es necesario que tanto las autoridades mexicanas como los actores del sector privado redoblen esfuerzos para fomentar la adopción de certificaciones y tecnologías sostenibles. Esto no solo contribuirá a la seguridad alimentaria y la reducción del hambre, sino que también permitirá a México mantener su competitividad en el mercado global, asegurando al mismo tiempo la preservación de sus recursos naturales para las generaciones futuras.

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