El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2025 propone reducir en 15.84% el presupuesto para el Anexo 16 con respecto al año pasado: recursos para la mitigación y adaptación al cambio climático, al proponer destinarle $205,370 millones de pesos, dio a conocer la organización Engenera.

Además de la reducción del monto, que se contradice con el compromiso de México con el combate al cambio climático, se propone una distribución de los recursos del Anexo que no contribuye a reducir la generación de emisiones de gases de efecto invernadero ni a preparar al país para adaptarse y reducir su vulnerabilidad.

En el documento Cambio climático y presupuesto público PPEF 2025. Análisis del Anexo 16. Recursos para la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático De cara al inicio del sexenio, elaborado por Beatriz Olivera, de Engenera, se explica como la mayor parte de los recursos de este anexo (casi el 80%) se van a las secretarías de la Defensa, de Comunicaciones y Transportes y del Bienestar y a la Comisión Federal de Electricidad.

Los programas del Anexo 16 orientados efectivamente al tema de cambio climático recibirán entre todos menos del 20% de los recursos, distribuidos así: transición energética: 0.229%, rescate y reforestación de bosques y selvas: 1.37%, limpieza de ríos: 1.53%, construcción de obras de drenaje: 0.53%, reconstrucción de puentes: 2.4%, vigilancia epidemiológica: 0.21%, prevención de riesgos: 9.3%, investigación y educación en cambio climático y sustentabilidad: 0.32%. El rubro de contaminación del aire en zonas metropolitanas, también considerado en el Anexo 16, no tiene recursos asignados

El resto de los recursos del Anexo 16 se distribuirían así: Sembrando vida: 19.03%, desarrollo de trenes: 19.48%, infraestructura: 19.04%, transporte de gas natural (¡un combustible fósil!): 16.58%, vivienda: 4.63%, reconstrucción de carreteras: 2.43%, Liconsa y Diconsa: 0.71% entre otros.

Escandaliza en particular el transporte de gas natural (forma parte de los recursos asignados a la CFE), pues es un combustible de origen fósil compuesto principalmente por metano, uno de los principales gases de efecto invernadero, 86 veces más potente que el dióxido de carbono. ¿Qué tiene que hacer este gas y su transporte en un Anexo para combatir el cambio climático?

“Exhortamos respetuosamente a legisladoras y legisladores a que hagan los ajustes necesarios para que el dinero público destinado a la lucha frente al cambio climático, sea canalizado y usado efectivamente por la administración pública federal con ese objetivo. Este sexenio es clave para rescatar el verdadero objetivo de estos recursos, a través de programas presupuestales destinados a la adaptación y mitigación del cambio climático”, subrayó Beatriz Olivera.

En su análisis, Engenera propone que el Anexo de cambio de cambio climático deje de usarse como una bolsa de recursos para programas indistintos, que van desde becas, abasto de leche, hasta transporte de gas. Para ello, es necesario identificar y cuantificar los recursos para la mitigación y adaptación y aplicar el criterio de relevancia climática. Se desconoce por qué no se aplica la metodología para hacerlo, puesto que año con año, siguen sin cambio algunos los programas presupuestales contenidos en el Anexo 16.

Además, es indispensable evaluar el impacto de las acciones financiadas por los recursos de este Anexo en términos de reducción de emisiones de GEI y medidas de adaptación; identificar la población atendida y los beneficios ambientales, sociales y climáticos de cada programa; incorporar la perspectiva de género en la programación y distribución de recursos del Anexo 16; incluir recursos etiquetados para sectores que tienen una mayor vulnerabilidad, como las mujeres, niñas y niños. El anexo 16 debería incluir programas relacionados con: garantizar el acceso al agua y la restauración de cuencas, reforestación con especies nativas y desarrollo forestal comunitario, promoción de mercados agroecológicos y huertos urbanos, transporte sustentable, protección de zonas costeras ante el riesgo de huracanes, restauración de manglares, promoción de generación distribuida, educación para reducción de consumo y fortalecimiento del liderazgo de las mujeres.

 

 

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