El uso de sistemas de bombardeo de nubes para inducir las lluvias es una técnica se ha usado desde 2012 en México, y, de acuerdo con los expertos, seaumentan los índices de lluvia hasta un 60 por ciento. En más de 50 países utilizan está técnica, indica el departamento de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas de la Universidad de Colorado, de Estados Unidos.

En el estado de Querétaro, en primavera y verano se tuvieron temperaturas record de arriba de los 36 a los 38 grados Celsius que acrecentaron los problemas de sequía en la entidad y que fueron paliadas en forma temporal por las lluvias de verano-otoño; sin embargo, estudios de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), señalan que en 2025, se esperan muy altas temperaturas, por ello, es necesario el aplicar sistemas tecnológicos para incentivar las lluvias.

Al respecto, el ingeniero Manuel Mustieles, CEO de Rainmaker, organización que utiliza tecnología mexicana para el bombardeo de nubes, señala que la sequía sigue presente en el país y entidades del semidesierto como Querétaro y el bajío es necesario que se coordinen para utilizar este tipo de sistemas para apoyar a sus sectores agrícolas, ganaderos, y de consumo humano.

Explicó que el bombardeo de nubes es un tema de “seguridad nacional”, por un decreto de López Obrador y el ejército es el único que puede realizarlo, en coordinación con autoridades estatales y hasta municipales, que deben solicitar este servicio y contratación de insumos.

“En 2024, trabajamos con el ejecito en Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Baja California, para el llenado de presas, riego de campos agrícolas, conservación de áreas naturales, etc.”, dijo.

Hemos dialogado con autoridades de Querétaro, quienes se muestran muy dispuestos a realizar incentivado de lluvias en 2025, pues las presas que dotan de agua sólo están al 50 por ciento y no alcanzarán para dotar del líquido a las ciudades y los sistemas agroindustriales.

No debe olvidarse, que la Unión Ganadera Regional de Querétaro, reportó que la pasada temporada de sequía llevó a la pérdida de 30 por ciento del hato bovino de la entidad, afectando principalmente a las regiones de la sierra y el semidesierto.

Además que en Querétaro se han clausurado unos 70 pozos de agua, pues están secos y las bombas ya no logran extraer el líquido. El experto agregó que se requiere de recargar los acuíferos y no sacar agua de más profundidad para evitar que tenga algún elemento metálico.

En el bajío del país, el cielo tiene gran capacidad para hacer llover, pues los estudios científicos nos indican que un 70 por ciento de los días del año, la nubosidad es ideal para las lluvias, indicó.

Para provocar una lluvia inducida se utiliza un avión Kingair 350i que libera químicos especiales como yoduro de plata que tienen la capacidad de provocar que la nubosidad -con carga media de humedad-, que es medida desde tierra, haga que se condense el agua y se precipite la lluvia.

Los sistemas que se utilizan permite generar una lluvia de unos 50 milímetros cúbicos, que es aplicable sólo en nubes que se detecta que tienen humedad suficiente. “Los sobrevuelos son de casi una hora, se esparcen unos 100 litros del líquido biotecnológico estimulante en unas 250 mil hectáreas para tener una precipitación”.

En Querétaro, tras la época de calor, la Conagua aumentó la cifra de municipios en sequia moderada y no grave, reporta el Monitor de Sequía de México (MSM). De los 18 municipios del estado, ocho (44.4 por ciento) cerraron octubre con sequía moderada, cinco más en condiciones anormalmente secas y cinco no reportaron afectación.

De acuerdo con el último reporte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) al 30 de septiembre de 2024, el 80.6 por ciento del territorio de Querétaro se encuentra sin afectación de sequía.

Amealco de Bonfil, Corregidora, Huimilpan, Jalpan de Serra, Landa de Matamoros, El Marqués, Pedro Escobedo y San Juan del Río son los municipios que registraron sequía moderada al 31 de octubre, precisa el MSM.

Cinco municipios más están anormalmente secos, se trata de Arroyo Seco, Colón, Querétaro, San Joaquín y Tequisquiapan; de la primera a la segunda quincena de octubre, la cifra de demarcaciones en esas condiciones pasó de seis a cinco.

Al 31 de octubre, los cinco municipios restantes no presentaron afectaciones, se trata de Pinal de Amoles, Cadereyta de Montes, Ezequiel Montes, Peñamiller y Tolimán, están localizados entre el semidesierto y la Sierra Gorda.

La Conagua define que un 62.9 por ciento de la entidad se encuentra sin afectaciones por sequía, aunque 20.7 por ciento enfrenta condiciones anormalmente secas y 16.4 por ciento está en sequía moderada. El organismo federal informa que la sequía excepcional en 2024, afectó en grados severos a 81.8 del territorio de Querétaro, 65.5 de Hidalgo, 39.2 por ciento de Chihuahua, 47 de Sinaloa, 46.1 de San Luis Potosí, 25 de Durango, 19.1 de Guanajuato, 19 de Sonora, 17.1 de Veracruz, 8.5 de Tamaulipas, 3.2 del estado de México, 8.9 de Puebla y 0.2 por ciento de Coahuila.

De los 2,471 municipios del país, actualmente tan sólo 43 están sin afectación por sequía, hay 2,180 con sequía y 248 presentan condiciones anormalmente secas. En 2023 la situación era distinta: había 942 alcaldías sin afectación, 829 con sequía y 700 anormalmente secos.

Otras entidades que ya han efectuado un programa de bombardeo de nubes son Sinaloa, que en 2024, cubrió 2 millones de hectáreas, mediante 60 vuelos que aplicaron yoduro de plata y de sales hidroscópicas, que aumentaron hasta en 20 por ciento las precipitaciones.

Pese a la alta temporada de lluvias que se registró en verano y parte de otoño, en el país, sólo 10.42 por ciento del territorio no padece algún grado de sequía. Se trata de la península de Baja California, aunque tiene zonas en condiciones anormalmente secas, y también pequeñas zonas en condiciones normales en Coahuila, Nuevo León, Oaxaca, Quintana Roo y Sonora.

¿Quién es Rainmaker?

RainMaker, empresa líder en la comercialización de tecnología agrícola y con más de diez años de brindar soluciones innovadoras y eficientes para el sector, a través de la implementación de tecnologías avanzadas, como agricultura de precisión, análisis de datos, sembradoras para labranza directa y tecnología foliar, entre otros, optimiza los procesos de cultivo, la gestión del agua, el monitoreo de cultivos y la toma de decisiones.

La siembra de nubes es una técnica utilizada para estimular la precipitación en las nubes con el objetivo de incrementar las lluvias en áreas específicas. Este proceso se basa en la introducción de sustancias que funcionan como núcleos de condensación o de cristalización en las nubes, fomentando la formación de gotas de agua o cristales de hielo que eventualmente precipitan.

La fórmula es resultado de años de estudios y de observación histórica de casos que no habían logrado tener resultados positivos en la estimulación de nubes para aumentar la eficiencia de precipitación, es decir, obtener más lluvia de lo que hubiera caído sin la intervención.

En 1946, los científicos Vincent Schaefer y Bernard Vonnegut descubrieron que el yoduro de plata, un componente químico resultado de la oxidación de dicho metal podía estimular la creación de puntos de cristalización generadores de gotas de lluvia, debido a su similitud molecular con partículas microscópicas de hielo responsables de la precipitación; sin embargo, esta sustancia tiene muchas limitaciones que anteriormente no garantizaban su efectividad para desencadenar lluvia.

En contraste, para las zonas frías de las nubes, la solución de Rainmaker somete al yoduro de plata a una serie de procesos físicos y químicos patentados que disminuyen el tamaño de sus partículas, de modo que la cantidad de potenciales núcleos de precipitación crece exponencialmente, manteniendo la misma cantidad de yoduro de plata para su dispersión. Adicionalmente, Rainmaker actúa también en las zonas templadas de las nubes, fomentando el proceso de colisión-coalescencia, que es el responsable de la formación de las gotas de lluvia.

En este sentido, el objetivo de la Siembra de Nubes es incrementar la precipitación, de tal manera que en el 95% de los casos, cuando las intervenciones se realizan al momento de presentarse una alta probabilidad de lluvias, es decir, se presentaran lluvias, menos copiosas, se realice o no la siembra de nubes, se podrá incrementar la cantidad de agua precipitada.

 

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