En el contexto de la relocalización de cadenas productivas o nearshoring, el gas natural se ha convertido en un elemento clave para atraer inversión extranjera y desarrollar polos industriales en México, como es Querétaro y el bajío, que necesitan de energía para dotar a las empresas.
La Asociación Mexicana de Gas Natural (AMGN), es un sector de gran importancia para el empleo actual y futuro en el panorama del nearshoring, pues genera más de 4 mil empleos directos y 15 mil indirectos. En sus diversas actividades en distribución, transporte, almacenamiento, comercialización, cxpendio de GNV, compresión, descompresión, licuefacción, regasificación y proveeduría de bienes y servicios.
Cabe recordar que el director de la Agencia de Energía de Querétaro, Mauricio Reyes Carache, ha dicho que ante la problemática energética actual del país, el gas natural puede ser una solución para la transición a energías limpias y resaltó la problemática energética actual que enfrenta el país, por lo que destacó la necesidad de acciones como: la implementación del Código de Red; la eficiencia energética; generación distribuida; almacenamiento de energía; y seguridad energética.
Subrayó que en Querétaro se cuenta con disponibilidad de este combustible gracias a los gasoductos que atraviesan el estado, lo que facilita su uso para garantizar un suministro energético eficiente y económico en la región.
Aunado a que se tienen avances del proyecto de infraestructura y las modificaciones solicitadas por CFE y CENACE para dotar de este energético tanto a zonas habitacionales como industriales.
En un estudio realizado por la Asociación Mexicana de Parques Industriales (AMPIP) el año pasado se identificó que al menos el 40 por ciento de los parques había tenido falta de acceso al gas natural. Esto no sólo limita la competitividad de las empresas que hoy día se encuentran en ellos, sino también la llegada de nuevas industrias que generarán empleos y derrama económica.
Como fuente de energía altamente competitiva y sostenible, el gas natural permite a las industrias que consideran trasladar sus operaciones a México acceder a un suministro energético estable y económico, factores decisivos para sectores de alta demanda energética como el manufacturero, automotriz y petroquímico. Hoy en día, el gas natural es un insumo esencial para la generación eléctrica (más del 60 por ciento) y el desarrollo de la petroquímica (87 por ciento).
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Gas Natural (AMGN), para capitalizar plenamente las oportunidades del nearshoring, se requieren inversiones en infraestructura de gas natural que garanticen un suministro confiable a más regiones del país; actualmente, México cuenta con una infraestructura de transporte de gasoductos de poco más de 19 mil kilómetros, pero será necesario expandir esta red para satisfacer la demanda futura, sobre todo de regiones como el sur-sureste que representa un mayor crecimiento con el potencial de desarrollo de proyectos de infraestructura energética.
En su Prospectiva de gas natural 2023-2037, la Secretaría de Energía federal señala que la demanda de gas natural en el sector industrial ha mostrado un crecimiento sostenido del 17.7 por ciento en la última década; y se proyecta que la región noreste, conformada por los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Durango y Chihuahua, lidere el consumo regional con un volumen de 2,881 MMpcd hacia 2037, lo que refleja el rol del gas natural en la consolidación de polos industriales en estas zonas.
Con su capacidad para garantizar un suministro confiable, el gas natural puede asegurar que México sea competitivo en el mercado global de manufactura, convirtiéndose en un destino atractivo para la relocalización de empresas en busca de una operación competitiva y sostenible.
Un grave problema es que México tiene una alta dependencia del gas natural de Estados Unidos, pues por trimestre, el país importa poco más de 5 mil 850 millones de pies cúbicos diarios de este producto. Mientras que la producción nacional se sumerge en una crisis, pues a mediados de este año, la producción de gas natural del país registró una caída anual de 14.6 por ciento, con un total de 3 mil 756 millones de pies cúbicos diarios, lo que representó su menor nivel desde abril de 2021, según datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
IMPACTO DEL GAS NATURAL EN LA ECONOMÍA
Entre los beneficios del gas natural se encuentra el aumento de hasta 50 por ciento del PIB en los estados donde existe infraestructura de gas natural; incremento de la inversión directa nacional y extranjera (nearshoring) y la generación de empleos con efecto multiplicador (1:5).
La infraestructura existente está limitada a 3 terminales de regasificación de GNL con una capacidad de regasificación de 2,900 MMpcd y de almacenamiento de 32.5 MMpc de GNL, dos en el Pacifico (Ensenada y Manzanillo) y otra en el Golfo de México (Altamira)
En cuanto a la descompresión hay 137 puntos de descompresión; 21 estados; Jalisco (28), Puebla (22) y EdoMex (17), en licuefacción: 5 permisos; 4 estados; Sonora (2), Baja California, Durango y Nuevo León y en regasificación: 16 puntos; 7 estados; Nuevo León (4), EdoMex (3) y Baja California (3)
En datos del documento Prospectiva de Gas Natural 2023-2037 señalan que, al cierre de 2022, la demanda de gas natural fue de 8,293 MMpcd. El 58.9 por ciento del gas natural se utiliza para generar energía eléctrica, el 23.2 por ciento en el sector petrolero, el 16.8 por ciento en el sector industrial.
La región noreste del país (Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Durango) representará el 34% de la demanda futura de gas natural al 2037, seguido por la región Sur-Sureste representando el 21.6% a dicho año.
La demanda de gas natural proviene, principalmente, de la industria eléctrica, ya que 60 por ciento de la energía consumida en México es generada con el energético; en menor medida es derivada del impulso del sector industrial y residencial.
Actualmente, solo el 7% de la población en México tiene acceso al servicio de gas natural. De los 3 millones de usuarios domésticos, un millón se encuentra en Nuevo León, mientras que muchos otros estados de la República siguen enfrentando una situación de pobreza energética.
Los grandes ductos de transporte han sido siempre anclados por proyectos de generación eléctrica; actualmente en el país se desarrollan varios proyectos de esta índole, algunos liderados por Cenagas, otros desarrollados por privados con alianzas estratégicas o acuerdos con la CFE.