Cada año, 600 millones de personas en todo el mundo, casi 1 de cada 10, se enferman por consumir alimentos contaminados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este problema resalta la urgencia y la importancia de que la industria alimentaria comercial adopte medidas más estrictas para asegurar la inocuidad de los alimentos, capacitar al personal y proteger a los consumidores.

De acuerdo con un estudio realizado por la organización de salud NSF, los riesgos más importantes al 2025, que afectan las operaciones de seguridad alimentaria son 3 principalmente: factores humanos como la de falta de conocimientos en higiene y manejo de alimentos; riesgos relacionados con los productos, incluyendo la contaminación y el manejo inadecuado de alérgenos; y factores tecnológicos, como equipos que no cumplen con los estándares de limpieza y seguridad.

De acuerdo con los resultados de la investigación, los retos que deben ser atendidos de cara al 2025 son:

Rotación de personal y cultura de seguridad alimentaria; un 66 por ciento de los encuestados identificó la rotación de personal como un riesgo clave, ya que conduce a la pérdida de experiencia y dificulta la creación de una cultura de seguridad alimentaria.

Por ello, el entrenamiento y la capacitación continua son esenciales para fortalecer la higiene, la manipulación adecuada de alimentos y la operación de equipos.

La contaminación de productos sigue siendo una preocupación principal, agravada por fallos en el almacenamiento y transporte.

Por ende, el 84 por ciento de los operadores señaló que problemas como entregas tardías o interrupciones en la cadena de frío afectan directamente la calidad y seguridad de los alimentos.

Importancia de certificaciones en equipos y procesos, pues no son fáciles de limpiar o no cumplen con estándares industriales, aumentan el riesgo de brotes de enfermedades transmitidas por alimentos. La certificación de equipos especiales garantiza la seguridad, la limpieza y el cumplimiento normativo.

Para atender la problemática señalada, mantener la calidad e inocuidad alimentaria, mantenerse a la vanguardia y, sobre todo, continuar con la exportación de productos a mercados más exigentes, es necesario aplicar diversas soluciones, como es fortalecer el conocimiento y las habilidades de los empleados mediante entrenamientos en seguridad alimentaria; usar equipos certificados y diseñados para minimizar riesgos; e implementar mejores prácticas en la última milla y en el control de temperatura para proteger los productos sensibles.

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