En México, las lesiones accidentales en niños son una preocupación constante y mas en época vacacional. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua (ENSANUT) publicada por la Secretaría de Salud federal, 712 mil niñas y niños menores de 9 años sufrieron alguna lesión accidental hace un par de años. Además siete de cada diez accidentes fueron caídas, y el hogar es el lugar donde ocurren casi la mitad de los accidentes infantiles (46.3 por ciento).

Estos datos subrayan la importancia de garantizar un entorno seguro para los niños, minimizando riesgos potenciales como muebles inestables, objetos peligrosos y superficies resbaladizas. Sin embargo, a pesar de las medidas de seguridad, los accidentes pueden ocurrir en cualquier momento. Las caídas, golpes y quemaduras son comunes y si no se manejan adecuadamente pueden llevar a complicaciones como infecciones.

El uso de apósitos adecuados es esencial para la prevención de estas infecciones y la promoción de una curación rápida. La transpiración de la piel y la protección de la herida ayudan para llegar a este fin de una manera segura. Los apósitos Leukoplast han sido sometidos a pruebas dermatológicas, mostrando que quienes lo utilizaron no presentaron irritación cutánea al utilizarlos.

Por ello, es importante identificar cuando una herida se puede tratar en casa y cuando es necesaria la intervención de algún especialista. Al respecto, algunos consejos prácticos para ayudar a los padres y cuidadores a tomar decisiones informadas en caso de raspones y pequeñas cortadas, debe antes de tocar la zona afectada, es esencial lavar y secar bien las manos para prevenir infecciones.

Utilizar agua limpia para lavar la herida. Evitar el uso de antisépticos que puedan dañar la piel y retrasar el proceso de curación. Con una toalla limpia, secar la herida dando palmaditas suaves.

Aplicar presión suave con una gasa limpia hasta que el sangrado se detenga y utilizar un apósito estéril adhesivo. Cambiar el apósito diariamente o siempre que se moje o ensucie. Mantener la herida seca utilizando curas o apósitos impermeables.

Debe tenerse ayuda profesional si existen heridas punzantes: Estas heridas, especialmente las causadas por objetos extraños, pueden ser profundas y susceptibles a infecciones.

Las quemaduras severas requieren atención profesional para prevenir complicaciones; heridas con sangrado profuso: Si el sangrado no se detiene con presión directa, es necesario acudir a un médico; y señales de infección: Enrojecimiento, calor excesivo, inflamación y elevada sensibilidad al dolor son signos de que la herida podría estar infectada y necesita evaluación profesional.

Bajo este contexto, es fundamental que los padres, madres y cuidadores estén informados sobre las mejores prácticas para el tratamiento de heridas en menores de edad. La limpieza adecuada y la aplicación de un apósito que proteja y permita la respiración de la piel.

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