En las primeras 20 semanas del ciclo escolar, las escuelas de al menos 34 municipios de 7 entidades del país han tenido que cerrar sus puertas, reducir sus horarios o trasladar sus clases a la modalidad en línea, debido a los hechos de violencia e inseguridad en el entorno.

Las entidades en donde se han registrado hechos violentos con afectaciones a las comunidades escolares son: Sinaloa, Guerrero, Chiapas, Michoacán, Morelos, Tabasco, Baja California,  en donde diversas escuelas han permanecido cerradas, han cerrado de manera intermitente o las familias se han visto obligadas a no llevar a sus hijas e hijos a las escuela debido a balaceras en los alrededores de planteles escolares, colocación de narcomantas en planteles, extorsiones a autoridades escolares, enfrentamientos entre células de delincuencia organizada, falta de transporte, asaltos y amenazas a docentes.

Sinaloa ha sido el estado con mayores afectaciones debido al inicio de una ola de violencia que persiste desde el 9 de septiembre de 2024. De acuerdo con una revisión del observatorio de medios de Mexicanos Primero, los hechos de inseguridad y violencia provocaron el cierre total de escuelas, de manera oficial, en al menos 3 ocasiones al inicio del ciclo escolar. Los medios de comunicación reportaron el cierre de la mayoría de las escuelas, las primeras dos semanas de clases en los municipios de Culiacán, Eldorado, Concordia, Elota y San Ignacio, Navolato, Mazatlán y Ahome.

Durante el mes de septiembre, se reportó ausentismo superior al 70 por ciento en las escuelas; en octubre, de acuerdo con datos oficiales, se redujo al 40 por ciento y en noviembre, la asistencia escolar tendió a regularizarse, aunque 108 planteles en el municipio de Eldorado y 14 por ciento de las escuelas en Culiacán continuaron cerradas, porcentaje que disminuyó al 10 por ciento antes del periodo vacacional de diciembre.
En el transcurso del mes de enero se registró en Culiacán el cierre de 81 escuelas y una asistencia de 60 por ciento en primaria y secundaria, derivado de un enfrentamiento armado el pasado lunes 20 de enero.

La inseguridad ha provocado que en este ciclo escolar, al menos 30 días de los 84 días lectivos, sin contabilizar sesiones de consejo escolar, ni días feriados, hayan sido irregulares en diversas escuelas.

Pero Sinaloa no es la única entidad donde la violencia ha provocado el cierre de escuelas y con ello se interrumpa el derecho a aprender de niñas, niños, adolescentes y jóvenes. En Chiapas se contabilizan cierres de escuelas, ausentismo y conflictos en 17 municipios: Tuxtla Gutiérrez, Pantelhó, Chalchihuitlán, Chenalhó, Sabanilla, Chicomuselo, Amatenango, La Concordia, Ángel Albino, Berriozábal, El Porvenir, La Grandeza, Amatenango de la Frontera, Motizintla, Frontera Comalapa, Mazapa de Madero y Siltepec.

En Guerrero, en los municipios de Coyuca de Benítez, Petatlán y Chichihualco, el inicio del ciclo escolar se retrasó una semana por la inseguridad, aunque los medios de comunicación reportan el caso de las escuelas del municipio de Chichihualco que llevan un año cerradas, primero por los huracanes que azotaron la región y después por violencia que afecta a 26 estudiantes del preescolar, 114 de la primaria y 37 de telesecundaria. También se registraron denuncias de docentes, madres y padres de familia por amenazas y extorsión.

En Michoacán hubo cierres de escuelas por hechos de violencia e inseguridad en Zinapécuaro, Zitácuaro, Queréndaro, Tepalcatepec, Buenavista, Erongarícuaro y Apatzingán. Los medios de comunicación reportaron el cierre de 200 escuelas durante septiembre pasado, justo al inicio del ciclo escolar, y en enero, 30 planteles cerrados en Zitácuaro.

Durante este ciclo escolar se han cerrado escuelas en Baja California en los municipios de Tijuana, Ensenada y Tecate, derivado de hechos de violencia; y ausentismo de estudiantes en Villahermosa, capital del estado de Tabasco, así como en los municipios de Apaseo el Alto y Apaseo el Grande en el estado de Guanajuato.

Asimismo, en Morelos, se registra cierre de escuelas por amenazas por extorsión en Yautepec, mientras que en Cuautla y Huitzilac, la inseguridad en las inmediaciones de los planteles ha obligado a reducir los horarios escolares de los turnos vespertinos.

La inseguridad no solo interrumpe el servicio educativo, deja huellas profundas en el desarrollo socioemocional de los estudiantes. Niñas, niños y adolescentes deben familiarizarse con los protocolos de emergencia ante balaceras, en lugar de concentrarse en su proceso de aprendizaje escolar. Las familias, por su parte, enfrentan el dilema de enviar a sus hijas e hijos a escuelas en riesgo o mantenerlos en casa, perpetuando el rezago educativo. Las niñas y niños que en Sinaloa perdieron a dos de sus compañeros a manos del crimen organizado, tendrán secuelas emocionales que deben ser atendidas.

Esta es una crisis nacional que exige acción inmediata. “La educación en México está bajo amenaza. Cada día que pasa sin soluciones concretas, más estudiantes pierden oportunidades para construir su futuro y el del país. Hacemos un llamado a las autoridades locales, estatales y federales a garantizar entornos escolares seguros y apoyar a las comunidades educativas afectadas”, afirmó Patricia Vázquez del Mercado, presidenta de Mexicanos Primero.

 

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