En los últimos años, México ha experimentado un crecimiento económico significativo, posicionándose como una de las principales economías de América Latina. Este impulso ha sido, en gran parte, resultado de la implementación del T-MEC, así como de su ubicación estratégica, lo que ha favorecido la atracción de inversiones extranjeras y ha potenciado oportunidades como el nearshoring.
Así, a medida que las empresas internacionales trasladan sus operaciones a México, una de las condiciones clave para asegurar su éxito será el acceso a una infraestructura eléctrica confiable y eficiente. Es en este contexto las microrredes y los sistemas de almacenamiento de energía (BESS) juegan un papel fundamental al ganar cada vez más terreno en el sector energético. Tan solo en 2024, las microrredes registraron un aumento del 31 % en la capacidad instalada, alcanzando los 3,891 MW, según datos de la Comisión Nacional de Energía y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y se espera siga creciendo al igual que el almacenamiento energético en el país; ya que estas tecnologías emergentes no solo permiten optimizar el uso de la energía, sino que también garantizan un suministro constante y estable para las industrias.
La ventaja de una microrred es que al ser una red local de producción y distribución de energía puede operar de manera independiente al sistema eléctrico centralizado. Esta flexibilidad le permite integrar diversas fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica, y adaptarse a las necesidades energéticas específicas de cada comunidad o instalación industrial. Cuando se complementa con sistemas de almacenamiento energético con baterías de litio como los que desarrolla e implementa Quartux, se logra eficientar y gestionar los recursos energéticos de manera óptima. Estas baterías de ion litio pueden equilibrar las fluctuaciones en la generación o demanda de electricidad, garantizando que la energía se distribuya de manera justa y sin pérdidas por transmisión.
“La resiliencia energética que ofrecen las microrredes y los sistemas de almacenamiento energético ayuda a reducir la dependencia de fuentes externas, lo que es crucial para la estabilidad operativa de las empresas, especialmente en regiones alejadas del centro del país o en zonas donde la infraestructura energética de la red eléctrica nacional presenta limitaciones”, destacó Alejandro Fajer, director de operaciones de Quartux.
En ese sentido, México tiene la oportunidad de convertirse en un hub para el nearshoring que no solo ofrece bajos costos laborales y una ubicación estratégica, sino también un entorno energético más resiliente y limpio. La integración de microrredes y sistemas de almacenamiento energético puede ser el factor diferenciador que impulse a México a la vanguardia de la manufactura global, promoviendo la creación de empleos, la inversión en infraestructura energética y un modelo de desarrollo más sostenible.