El bienestar de más de 3 mil millones de personas depende de la salud de los ecosistemas costeros y marinos. Estos ecosistemas no solo proporcionan sustento, sino que también impulsan la economía global y los medios de vida de millones. Según la CEPAL, en Latinoamérica y el Caribe, más del 27% de la población vive en zonas costeras y millones participan en la industria pesquera y acuícola.
Construir una economía oceánica sostenible es crucial. Su implementación contribuye a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, fortalece la resiliencia económica, preserva los medios de vida, mejora la seguridad alimentaria y promueve la energía limpia. La protección efectiva, la producción sostenible y la prosperidad equitativa son sus pilares fundamentales.
El gobierno mexicano, en el foro «Oportunidades de la economía oceánica», destacó el potencial económico del océano, que podría aportar 2.5 billones de dólares anuales al PIB mundial y 350 millones de empleos. México promueve la acuacultura, la pesca ribereña y la conservación de manglares, cruciales para la absorción de carbono.
En este contexto, Santomar, una empresa con sede en La Paz, Baja California Sur, destaca como un ejemplo de acuacultura regenerativa. Pablo Konietzko, director ejecutivo de Santomar, menciona, “En Santomar impulsamos un desarrollo sostenible, que además de fomentar el desarrollo generativo de las especies marinas y sus ecosistemas, impulsa el bienestar de las comunidades costeras a través de la generación de empleo. Por medio de la acuacultura regenerativa conseguimos reducir el estrés hacia nuestros mares mediante tecnologías holísticas e innovadoras, además de generar una solución alimenticia hacia el futuro. Cada uno de nuestros procesos contempla la trazabilidad total de las especies desde el huevo, hasta la mesa.”
Este enfoque, basado en prácticas sustentables y regenerativas, incluye infraestructuras avanzadas en mar abierto, ambientes propicios para la crianza y estrictos controles de calidad. Gracias a tecnologías avanzadas, cultiva esta especie endémica de forma responsable, contribuyendo a su preservación.
Santomar, es operado por Earth Ocean Farms, la única empresa en México con permisos para cultivar, operar y distribuir totoaba legalmente. Su granja y criaderos en mar abierto aprovechan las condiciones naturales de la región. El proceso de cultivo, dividido en seis etapas (Laboratorio, Criadero, Crecimiento, Cosecha, Proceso y Comercialización), cuenta con biólogos y técnicos especializados que garantizan la reproducción y crianza óptimas. Las crías de totoaba pasan 60 días en tanques que replican las condiciones marinas antes de ser trasladadas a viveros de alta tecnología, resistentes a predadores y climas extremos.
Como resultado a sus rigurosos procesos de calidad, trazabilidad y compromiso ambiental, Earth Ocean Farms es la primera UMA en México con respaldo de la CITES, consolidándose como líder en acuacultura regenerativa.
Santomar adopta buenas prácticas que reducen la presión sobre los ecosistemas, equilibrando el desarrollo económico con la conservación. Su programa anual de liberación de totoaba cerca de Loreto, Baja California Sur, apoya la conservación de la especie y otras especies marinas en peligro, contribuyendo a la recuperación de los ecosistemas marinos. El programa de liberación, así como el modelo de negocio, han sido reconocidas por parte de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA) y por la Dirección General de Vida Silvestre de SEMARNAT.
A través de estos esfuerzos, Santomar protege la biodiversidad marina y promueve una acuacultura responsable, demostrando que es posible producir alimentos de forma sostenible y preservar el equilibrio de los océanos.